España

«No se puede ocultar la basura propiabajo la alfombra de otros países»

«Tolerancia cero con el movimiento ilegal de residuos por el planeta» subraya Martín Riva, quien garantiza el control de todos los desechos que gestiona Ecoembes

Óscar Martín es consejero delegado de Ecoembes desde marzo de 2014.
Óscar Martín es consejero delegado de Ecoembes desde marzo de 2014.larazon

Con los resultados del año pasado presentados hace pocas semanas, a punto de celebrar una nueva gran recogida colaborativa de residuos, el 15 de junio, en la que cientos de voluntarios saldrán por toda España a limpiar de «basuraleza» un metro cuadrado por persona en entornos naturales dentro del proyecto Libera, y con la polémica sobre los residuos plásticos llegados a Malasia de manera ilegal procedentes de diversos países del primer mundo, con todo ello de fondo, Óscar Martín, director general de Ecoembes asegura que «no se puede ocultar nuestra basura bajo la alfombra de otros».

-¿Cómo se ve en Ecoembes el hecho conocido hace unos días sobre la llegada a Malasia de residuos plásticos no aptos para reciclaje procedentes de varios países, España entre ellos?

-Ese problema hay que enfocarlo desde la honestidad, la responsabilidad y la firmeza. Lo condenamos y apoyamos la decisión del Gobierno de devolver a quien los haya enviado sus miserias. Hay que tener una tolerancia cero con el movimiento ilegal de residuos por el planeta y no se puede ocultar la basura propia bajo la alfombra de otros países. Por nuestra parte, tenemos auditorías de trazabilidad que demuestran que todo lo que nos llega está controlado al 100 por 100. Por otra parte, la corresponsabilidad. Nosotros somos una pequeña facción del total de los plásticos que se generan en un país, una tercera parte, y de ellos somos corresponsables conjuntamente con los ayuntamientos, y no se nos puede señalar por los plásticos que no se depositan en el contendor amarillo. Los que se tiran al cubo gris, esos plásticos no los gestiona Ecoembes. Las normas están en el convenio de Basilea, y nosotros nos atenemos a él. La responsabilidad es de quien no lo haga. Y ahí hay que aplicar la firmeza.

-Esa polémica ha llegado cuando apenas se habían apagado los ecos de otra anterior, sobre las cifras de reciclado de envases.

-En efecto. Una cuestión que no nos parece admisible porque genera dudas en los ciudadanos, que hacen un esfuerzo diario, que han incorporado a sus hábitos un compromiso ambiental y que ya está arraigado como es el de depositar sus envases en el contenedor amarillo. Dudas sobre si sirve para algo o no. Y claro que sirve, ese esfuerzo ha hecho que la cantidad residuos que llegan a esos contenedores haya crecido un 12 por ciento en 2018.

- ¿De dónde salen, entonces, las discrepancias?

-De que no se usan datos representativos de toda España. Los datos de Ecoembes son los que las autoridades municipales y autonómicas proporcionan, que nosotros auditamos y que se envían al Ministerio. Este los da por buenos y los envía a la UE, que los publica en Eurostat. Nosotros, además, hacemos 12500 controles de calidad, muestreos en las plantas para comprobar la tipología de la basura, que son los que dan soporte estadístico a los procesos y datos.

-¿Los datos que aportan los ayuntamientos se refieren a la cantidad recogida?

-No, es la seleccionada. Lo que se suma no es lo que entra en cada una de las 95 las plantas sino que en ellas se clasifica lo que ha llegado en los camiones y salen en unas balas para entregar a los recicladores homologados. Es en ese momento cuando se computan, y no antes. Porque en el proceso hay mermas, hay impropios, etc. Y puedo afirmar que no existe absolutamente ningún flujo de residuos en nuestro país que cuente con el nivel de control y auditoría que tiene éste. Lo que no significa que no tengamos y queramos seguir mejorando, y aumentando las tasas de reciclaje, y trabajando con las empresas para incrementar la reciclabilidadde todos los envases para llegar al objetivo, que nos hemos planteado para 2020: alcanzar una tasa de reciclaje por encima del 80 por ciento, mientras que la directiva europea nos plantea el 70 por ciento.