Ciencias naturales
Tenerife, el spa de las tortugas
El 83% de los reptiles marinos son devueltos a su hábitat natural
El Centro de Recuperación ha salvado 1.200 ejemplares en los últimos 15 años.
La isla de Tenerife cuenta con una gran variedad de fauna marina. En estas aguas hay numerosas tortugas, entre las que destaca la «boba». Estos animales son avistados principalmente por pescadores, que los encuentran heridos cerca de la costa; en otras ocasiones aparecen en las playas y son los propios bañistas o grupos especializados los encargados de rescatarla. En los últimos 15 años, el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre (CRFS) de la Tahonilla ha rescatado un total de 1.200 ejemplares, de los que 1.138 son tortugas «bobas». El último rescate tuvo lugar el pasado 27 de abril en la playa de El Médano, en la zona de Abona, en la que intervino la Unidad de Apoyo a los Primeros Auxilios, Rescates y Emergencias del municipio de Granadilla de Abona (Asupare). «El 90% de las tortugas rescatadas tienen enfermedades provocadas por la acción del hombre en su medio», apuntaron desde el CRFS. La basura que se tira al mar, el petróleo, las redes pesqueras, e incluso la mordida de tiburones son los principales causantes de daño a estos animales.
Tortugas «bobas»
Al centro llegan las tortugas enfermas y allí permanecen el tiempo que sea necesario para su total recuperación y luego son devueltas a su hábitat natural. «Algunas están con nosotros 15 días, pero otras pueden pasarse dos meses recibiendo atención por parte de los veterinarios», comentaron. Los dos ejemplares rescatados en esta última ocasión en la zona de Abona, lugar en el que más ejemplares son rescatados en toda la isla, están en esta unidad de recuperación, donde son tratados por los veterinarios de las lesiones sufridas. El CRFS libera al 83% de los reptiles marinos rescatados cada año. Los restantes –17%– son tortugas que mueren o que por sus graves lesiones no pueden ser devueltas al mar.
Desde el Cabildo de Tenerife, órgano al que pertenece el CRFS, consideran que es muy importante la educación ambiental entre los más pequeños, por eso, las liberaciones de las tortugas se realizan en el marco de actividades escolares, realizadas por la Fundación Neotrópico, para que los niños tengan la oportunidad de tomar contacto con la fauna marina. Además, se elige normalmente el mismo lugar de rescate para devolver a los animales a su entorno. Esta unidad procede al rescate de los animales al recibir la llamada de emergencias, por eso, consideran muy importante la colaboración ciudadana en el ámbito ambiental. Así, trabajan con voluntarios, que son siempre necesarios para la recuperación de estos animales salvajes.
En este sentido, el centro de recuperación de especies ha organizado la liberación de los dos ejemplares rescatados el pasado mes para el próximo 30 de mayo, ya que es el Día de Canarias, y además, coincide con el inicio de la semana de puertas abiertas del CRFS. Se trata, por tanto, de un día inmejorable para que todo aquel que quiera conozca la realidad de estos animales y tome conciencia de los problemas que pueden ocasionar a estos reptiles marinos por no cuidar el ecosistema y por dejar restos de comida y demás basura en las playas.
AL RESCATE DE 2.500 ESPECIES SALVAJES
El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Tahonilla recibe a 2.500 especies salvajes cada año. De estos, 1.500 son pardelas cenicienta. Estas aves son rescatadas en el marco de una campaña anual de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo tinerfeño. En la unidad se encargan mayoritariamente de la recogida de aves, sobre todo cernícalos y búhos, pero las tortugas son la tercera especie que más tratan los veterinarios.
El ganador de la semana
Lola es una perra extremadamente cariñosa, por eso odia estar sola, y su dueña, Ángela, la tiene que dejar con su hermana Victoria o con su amiga María cuando no está en casa. Tiene sólo 8 meses y ya lleva conviviendo 6 con su nueva familia. Su madre, de origen murciano, tuvo 7 cachorros y Ángela no dudó en quedarse con su Lola. Esta perra es una mezcla entre chihuahua y caniche. «Es de color arena y tiene las cuatro patas y la tripa blanca», dijo Ángela. Ella destaca la inteligencia de su fiel amiga. «Desde que la tenemos acepta las órdenes y sabe en todo momento lo que quieres decir cuando le hablas», señaló. Además, «es juguetona y dormilona, de hecho, esto es lo único que hace durante el día». Lola no suele enfadarse y ladra muy poco, aunque el motivo de sus ladridos suelen ser los niños, con los que esta perra no se siente a gusto. Su juguete preferido es una foca de plástico, pero también tiene otros tres peluches con los que se pasa el día. Aunque ella intenta intimar con los demás perros, éstos «no le dan mucha confianza porque es muy pequeña». Además de encantarle el pienso, Lola es una amante del yogur y el pavo, pero «le doy en pocas ocasiones porque no es bueno».
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