¿Menores fuera de control?

l Algunas voces claman contra la medida por ser una forma de censura. ¿Lo es?

–Si un niño acude a un quiosco, jamás le van a vender una revista pornográfica. No es una cuestión de libertad de expresión, sino de protección a la infancia. Me parece una gran idea que protejamos a nuestros hijos del libre acceso a internet. De hecho, con los móviles ya ocurre y nadie se ha quejado. Hay niños que acceden a los 13 años, aunque el primer sentimiento que les producen las imágenes es de rechazo.

l ¿Sería posible aplicar una medida así en España?

–Creo que sería irrealizable. Las compañías proveedoras de internet podrían no estar por la labor de invertir en un sistema que supondría un gasto. Además, al incorporarlos de serie, tampoco venderían filtros parentales de internet. De hecho, las compañías inglesas ya se han quejado. Pero es normal: buscan maximizar el beneficio.

l ¿Es la mejor solución la planteada por Cameron?

–La mejor solución es la educación. Si los padres estuvieran involucrados en educar a sus hijos en cuestiones tecnológicas, no sucedería. Del mismo modo, los profesores deben educar en el uso, pero no se hace. Hay falta de educación en los padres, los profesores y los niños.

l ¿Es consciente la sociedad de la facilidad con la que los niños acceden a contenidos tan inadecuados?

–Las nuevas tecnologías nos han «pillado» tan deprisa que ni lo hemos pensado. Creo que, dentro de 15 años, nos asustaremos al pensar cómo nuestros hijos podían acceder a un wifi abierto y ver cualquier tipo de contenido, del mismo modo que nos asustamos hoy cuando viajamos a un país extranjero y vemos cómo hay gente que fuma en los hospitales.