La razón solidaria

Mitos alimentarios que pueden poner en riesgo a nuestras mascotas

Los expertos desmienten que la comida casera sea siempre mejor para los perros y que los gatos deban seguir dietas veganas

Un perro comiendo de un bol
Un perro comiendo de un bol Pixabay

La alimentación de nuestras mascotas es un factor crucial para asegurar su bienestar y longevidad. Aunque es de conocimiento común que ciertos alimentos de nuestras dietas pueden ser extremadamente tóxicos para perros y gatos, como el chocolate, la cafeína, las uvas, las pasas, la cebolla, el xilitol y el alcohol, existen otros peligros menos conocidos que están ganando terreno debido a los cambios en la producción alimentaria y el entorno. Picart, una compañía especializada en el bienestar animal, alerta sobre estos riesgos emergentes que requieren una mayor vigilancia y nuevas medidas preventivas

Es fácil caer en la trampa de pensar que si un alimento no es inherentemente tóxico, es automáticamente seguro para nuestras mascotas. Sin embargo, Xavi Bará, director técnico de Picart, advierte de que esta percepción puede ser peligrosa. «La toxicidad alimentaria no se limita a la presencia de sustancias venenosas; también puede referirse a los efectos acumulativos de ciertos ingredientes o nutrientes cuando se consumen en exceso», explica. Además, algunos alimentos que normalmente son seguros pueden convertirse en problemáticos si se mezclan con medicamentos o si la mascota tiene problemas de salud preexistentes.

Uno de los mitos más extendidos es que la comida casera es siempre mejor que la comercial. Si bien una dieta casera bien planificada puede ser saludable, Bará insiste en que es fundamental diseñarla en consulta con un veterinario para asegurarse de que cumpla con todos los requisitos nutricionales. «La comida comercial de calidad está formulada específicamente por nutricionistas veterinarios, teniendo en cuenta factores como la raza, el tamaño, la edad y otras necesidades específicas», señala.

Otro mito que ha ganado popularidad es la creencia de que los productos orgánicos son intrínsecamente más seguros para las mascotas. Sin embargo, Bará advierte de que no hay evidencia científica concluyente que respalde esta idea. «La seguridad alimentaria debe basarse en la calidad del alimento y la supervisión veterinaria, no en etiquetas como orgánico», puntualiza.

Las dietas sin cereales, también conocidas como «grain-free», han ganado popularidad entre los dueños de mascotas, pero esta tendencia no siempre está justificada. Según Bará, aunque estas dietas pueden ser útiles en casos específicos de intolerancia o sensibilidad digestiva, los cereales son una fuente valiosa de energía, vitaminas, minerales y fibra cuando se incluyen en una dieta equilibrada.

Otro tema que genera controversia es la alimentación vegana para gatos. A diferencia de los perros, los gatos son carnívoros estrictos y requieren nutrientes específicos que solo se encuentran en fuentes de origen animal, como la taurina. La falta de este aminoácido esencial puede llevar a problemas de salud graves, como la cardiomiopatía dilatada y la degeneración retiniana.

En el debate entre la carne fresca y la harina de carne, Bará aclara que ambas opciones tienen sus ventajas. La carne fresca ofrece una mayor palatabilidad y una integridad de proteínas superior, pero su composición nutricional puede variar según la parte del animal que se utilice.

Por otro lado, la harina de carne proporciona una fuente constante y controlada de proteínas, minerales y grasas, gracias a un proceso de cocción que elimina el agua y parte de la grasa.

En un entorno donde los riesgos alimentarios para mascotas están en constante evolución, la consulta con profesionales veterinarios es más crucial que nunca. «Es esencial que los propietarios de mascotas se mantengan informados y consulten con veterinarios antes de introducir cambios en la dieta de sus animales», advierte Bará.

La elección de alimentos específicamente diseñados y probados para mascotas, elaborados por especialistas en nutrición animal, sigue siendo la medida preventiva más confiable para garantizar su bienestar y seguridad.

En resumen, mientras que los cambios en la producción de alimentos y los mitos populares pueden influir en la manera en que alimentamos a nuestras mascotas, la clave para su salud y longevidad radica en la información adecuada y la supervisión veterinaria. Mantenerse alerta y bien informado es la mejor defensa contra los riesgos emergentes en la alimentación de nuestros compañeros de vida.