Jardinería
El momento exacto en el que debes podar el limonero y por qué
Un arbusto bien podado será más resistente a plagas, recibirá mejor la luz solar y dispondrá de una ventilación interna adecuada
El limonero es uno de los árboles frutales más populares de muchos hogares por su aromática presencia y la satisfacción de recoger limones frescos directamente del propio jardín, pero para que este árbol prospere con abundancia es fundamental entender en qué momento conviene podarlo y cómo debe hacerse.
La frecuencia de la poda es clave: no se recomienda bajo ningún concepto podar el limonero cada semana o de manera mensual, ya que este exceso de intervención debilita gravemente al árbol. Las podas demasiado frecuentes provocan una disminución de la floración y, como consecuencia directa, una menor producción de limones.
Especialistas en jardinería coinciden en que la época más apropiada para la poda del limonero se sitúa entre finales del invierno y principios de la primavera. Este es el momento en el que el limonero todavía permanece en reposo tras el frío estacional y la intervención resulta menos agresiva para la planta. Al podar en este periodo, el árbol puede concentrar su energía en generar nuevos brotes y flores cuando comienzan las temperaturas templadas.
Un arbusto bien podado será más resistente a plagas, recibirá mejor la luz solar y dispondrá de una ventilación interna adecuada, factores imprescindibles para obtener limones sabrosos y jugosos.
Cómo realizar la poda de forma correcta
- Eliminar todas las ramas que estén secas, enfermas o dañadas, evitando que posibles problemas se extiendan por el resto del árbol.
- Cortar los brotes que crecen desde la base, conocidos como 'chupones', ya que absorben nutrientes pero no producen frutos.
- Retirar aquellas ramas que se cruzan entre sí o que crecen hacia el interior de la copa. Con ello se favorece la entrada de luz y aire en todas las partes del árbol.
- Realizar cortes limpios y precisos, evitando heridas grandes o innecesarias, y nunca podar en exceso. El objetivo es potenciar la vitalidad del limonero, no debilitarlo.
Siguiendo estas indicaciones, el limonero crecerá más fuerte y saludable, y la cosecha de limones será más generosa año tras año.