Eutanasia

De Ramón Sampedro a Vincent Lambert, los casos de muerte digna que dividieron a la sociedad

El caso de Vincent Lambert es uno de los muchos en los que un enfermo terminal ha terminado en eutanasia entre un gran debate social

Ramón Sampedro fue el primer español en pedir la eutanasia
Ramón Sampedro fue el primer español en pedir la eutanasialarazon

Vincent Lambert no es el único que ha abierto el debate sobre la eutanasia en casos extremos, cuando los médicos certifican lesiones irreversibles y un estado vegetativo.

Vincent Lambert no es el único que ha abierto el debate sobre la eutanasia en casos extremos, cuando los médicos certifican lesiones irreversibles y un estado vegetativo. El caso de Vincent no es el primero. Detrás hay muchos, que generaron un debate social que a día de hoy se mantiene. Ramón Sampedro fue el primer español en pedir el suicidio asistido y tras chocar frontalmente con los tribunales, decidió pedir ayuda. Después de más de 30 años postrado en una cama se quitó la vida el 12 de enero de 1998 con el cianuro que le consiguió un amigo y con la colaboración de su compañera Ramona Maneiro.

En 2009 saltó a las portadas del todo el mundo el caso de Eluama Englaro, una italiana de 38 que llevaba 17 años en estado vegetativo tras sufrir un accidente de coche. El caso dividió a la sociedad italiana después de que su padre, Giuseppe Englaro, iniciara una batalla juducial para la obtener la autorización que permitiera dejar morir a su hija. Finalmente, después de 10 años de pelea, el Tribunal Supremo italiano que le retiraran la alimentación que la mantenía con vida.

Hay otros casos, menos mediáticos, pero en los que también acabaron en eutanasia:

María José Carrasco: otro caso muy polémico en nuestro país fue el de esta mujer enferma de esclerosis múltiple que manifestó en un video su deseo de morir pues ya no soportaba la situación en la que se encontraba, postrada en una silla y con un gran sufrimiento. Solicitó durante un tiempo una plaza en una residencia que nunca llegó. Cuando aún tenía movilidad, María José compró por Internet la sustancia que le ayudaría a suicidarse. Lo hizo finalmente con la ayuda de su marido Ángel Hernández, que fue detenido.

Alfie Evans:

Los padres de este niño de 23 meses, con una rara enfermedad neurológica por el que entró en un estado semi vegetativo del que nunca se recuperó, también se enfrentaron con los médicos. El hospital de Liverpool alegó que las pruebas mostraban “una degradación catastrófica de su tejido cerebral” y que “continuar con el tratamiento sería no solo inútil, sino cruel e inhumano”. Los padres expresaron su desacuerdo y solicitaron permiso para trasladar a su hijo al hospital Bambino Gesu, en Roma, donde se les habían ofrecido esperanzas de prolongar la vida del pequeño. Y se abrió una encarnizada lucha judicial. Los tribunales inalmente dictaminaron que los facultativos podían dejar de proporcionar soporte vital a Alfie, en contra del deseo de sus padres y finalmente falleció.

María Teresa Blanco: esta madrileña de 56 años está ingresada en el hospital de Alcalá de Henares por una ataraxia neurodegenerativa que la mantiene sin habla y apenas movimiento. Ha entrado y salido del hospital en innumerables ocasiones, pero ahora su estado es muy preocupante pues sufre un cuadro grave de sepsis. Los médicos avisaron a la familia de que en caso de parada no le reanimarían ya que lo consideran “encarnizamiento terapéutico”. Los hermanos quieren mantener a Teresa con vida y han recurrido esta decisión de los facultativos al juez, que les ha dado la razón: los médicos tendrán que reanimarla en caso de parada.

Andrea Lago: esta niña gallega de 12 años representa el caso contrario. La menor padecía una enfermedad degenerativa desde su nacimiento y en 2015 ingresó en el Hospital Clínico de Santiago de Compostela ya en estado grave con la enfermedad avanzada. Se le mantenía con hidratación artificial, pero los padres querían retirarle el soporte vital que la mantenía con vida. En este caso fueron los médicos los que se negaban a hacerlo. Finalmente el comité de bioética de Santiago dio la razón a la familia. Los pediatras dejaron de alimentarla y falleció el 9 de noviembre de 2015.