No vacunar aumenta el riesgo de reaparición de enfermedades

Tras la alerta social generada a partir del caso del niño de Olot enfermo por difteria, la Real Academia de Farmacia de Cataluña (RAFC) dió a conocer sus recomendaciones sobre «Vacunaciones y Salud Pública» aprovechó la ocasión para informar y concienciar a los padres y personal sanitario sobre la importancia de cumplir con el programa de vacunación sistemático.

En este sentido, desde la RAFC se pone de relieve que la vacunación es la estrategia preventiva más beneficiosa que existe en la salud pública, por lo que señala la importancia de que los programas de vacunación tengan unas altas tasas de cobertura. Y es que como destaca la entidad, gracias a la vacunación se inmuniza a todos los grupos de población para evitar el resurgimiento de enfermedades que están controladas, como el sarampión o la difteria. Tal y como explicó ayer en rueda de prensa el doctor Josep Maria Ventura, presidente de la RAFC, «cuando un microorganismo se introduce en la población, éste se transmite de persona a persona. Si el individuo está vacunado, evita la enfermedad pero no que pueda quedar colonizado y pueda transmitirla. En cambio, si el individuo no está vacunado, es entonces cuando sale la enfermedad y puede tener problemas». Pero los efectos negativos de la no vacunación y el consiguiente contagio no tiene únicamente consecuencias a nivel individual, sino que trasciende al colectivo. El caso es que muchas enfermedades infecciosas están en estado latente y se continen gracias a los programas de vacunación infantil, por lo que, tal y como señalan dese la RAFC, si esa barrera de contención se rompe, los problemas sanitarios pueden ser graves, puesto que se pone en riesgo la inmunidad colectiva. De ahí la importancia de mantener estabilidad y continuidad de los programas de vacunación.

A dia de hoy, el 95 por ciento de la población catalana está vacunada, pero como lamenta la doctora Ángela Domínguez, «la vacunación como técnica preventiva no se está utilizando de manera óptima y sus beneficios no son equiparables a su utilización», puesto que aún se tienen mucho prejuicios al respecto. Uno de los principales argumentos de quienes se manifiestan contrarios a la vacunación son sus posibles efectos adversos, algo que tal y como señaló ayer el doctora Domínguez , está totalmente infundado. «Antes de incluir una vacuna en el calendario sistemático se han hecho estudios rigurosos que aseguran que son raros y, en cualquier caso, infinitamente menores que los que la persona tendría si desarrollara la enfermedad». «Las vacunas ofrecen, además de gran eficacia, un amplio margen de seguridad. son cada vez más purificadas y específicas y, por lo tanto, de escasa capacidad para generar reacciones adversas».

Beneficios sociales

Por todo ello, desde la RAFC consideran de vital importancia difundir la evidencia científica de que «la vacunación es una de las intervenciones públicas más solidarias y que mayores beneficios sociales y sanitarios proporciona a la población» y para ello es imprescindible empezar por educar a la población. «Hay que ofrecerle una buena información para que sea consciente de sus beneficios, no sólo para el individuo, sino también para el colectivo», recordó Domínguez, quien hizo hinacpié en que a medida que aumenta el número de personas vacunadas, la transmisión del agente infeccioso se hace más difícil, disminuyendo su circulación dentro de la comunidad.