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Opinión

Nos arrepentimos

Falta tiempo dedicado a los seres queridos

Paloma Pedrero larazon

Un intenso y extenso estudio de la universidad de Harvard nos confirma los dos lamentos que las personas más expresan en sus últimos años de vida. La primera es la falta de tiempo que han dedicado a sus seres queridos, normalmente por el afán de trabajar mucho y, supongo, ganar más dinerito. Aunque cierto es que no todos los que trabajan mucho lo ganan, tanto como que algunos lo ganan sin trabajar apenas, vivir de las rentas, por ejemplo, o de la sinvergüencería, ya saben. Así, en general, la mayoría de la gente de a pie trabaja más de lo que quisiera y en labores que no le gustan, algo que destroza a cualquier persona sensible. La carga y la importancia que se le da al trabajo pagado ha sido históricamente más acuciante para los hombres, ellos tenían que ingresar para todos y, además, solo se sentían realizados si esos ingresos costeaban su casa y su autoridad. Los padres de mi generación llegaban muy tarde y, por supuesto, no pegaban palo al agua en el hogar. Aquí zapatillas, aquí cena y los hijos a menudo ya durmiendo. Eran las madres las que aportaban la compañía a los retoños, algo que ahora se ha perdido y convertido en un daño emocional para los muchachos, según aseguran los docentes. Las mujeres ahora trabajan y la conciliación es todavía pobre, pero la cosa no tiene marcha atrás, ellas no retornarán a ser esclavas de varón y cocina. Así que a ver qué hacemos.

Las mujeres antes de morir se arrepienten de haber estado muy pendientes del «qué dirán», de qué pensarán los otros de ellas. Creo que esto también está cambiando. Es verdad que las humanas somos muy vulnerables ante las críticas, pero ahora ya no por cuestiones morales. La lucha por ser independientes y valoradas en nuestras profesiones sí que hace mella. Hay que evolucionar hasta que la discriminación sea cero.

Lo importante ahora sería darnos cuenta pronto y todos de que practicar el buen amor es lo que nos salva del arrepentimiento último.