Sucesos

«Nos dijeron que nos fuéramos a un hotel»

El equipo de la Federación Andaluza de Espeleología se quedó en el aeropuerto de Ouarzazate esperando una respuesta
El equipo de la Federación Andaluza de Espeleología se quedó en el aeropuerto de Ouarzazate esperando una respuestalarazon

Una expedición de espeleólogos andaluces presionó a los gendarmes para poder ayudar.

«Los primeros que llegan a Ouarzazate son los miembros de la Federación Andaluza de Espeleología», afirma Antonio Ávila, del Grupo Espeleológico Ilíberis. Y así fue, desde el pasado fin de semana, un equipo de al menos 16 personas se trasladaron a Marruecos. Con ellos llevaban toda la equipación disponible para acometer el rescate de Juan, José Antonio y Gustavo: más de 1.000 metros de cuerdas, mosquetones, sistemas de anclaje, cuerdas para ascender... «Cuando llegaron, lo primero que hicieron fue iniciar una serie de acciones con el Consulado para que les trasladaran a la garganta», afirma Ávila. Y es que lo tenían claro: si nadie movía ficha, ellos mismos, espeleólogos profesionales, estaban dispuestos a llevar a cabo la misión.

«Estamos hechos polvo»

Sin embargo, al poco de llegar se dieron de bruces con las autoridades locales. «Los gendarmes les dijeron que esperaran tranquilos, que buscaran un hotel y que ya les llamarían». La llamada nunca se produjo. Por eso, y ante la percepción de que no iban a contar con ellos, optaron por hacer una medida de presión: «Fueron al aeropuerto, se quedaron allí y dijeron que no se iban hasta que les respondieran». De hecho, Antonio Ávila se muestra convencido de que fue esta protesta de los espeleólogos andaluces la que llevó al Gobierno marroquí a aceptar finalmente la ayuda española. Hay que recordar que el operativo español estaba listo para trasladarse a la zona la noche del viernes. Sin embargo, las autoridades locales declinaron la ayuda al considerar que «disponían de medios suficientes» para llevar a cabo el rescate. Y finalmente, el domingo a las 13:00 horas dieron el visto bueno para que cuatro guardias civiles del Servicio de Montaña y tres agentes de los Grupos Especiales de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional se desplazaran a Ouarzazate.

Una vez culminada la operación, el grupo regresó ayer a Andalucía. «Están hechos polvo, con un gran sentimiento de impotencia», afirma Ávila. No sólo no les dejaron actuar: pusieron todo su material a disposición de la Gendarmería y ni siquiera lo aceptaron. Al final, todo el esfuerzo y esperanza que habían depositado se quedaron en balde.

En el equipo, afirma José Enrique Sánchez, secretario de la Federación, se encontraba una médico experta en atender a heridos a grandes profundidades. «Una de las pocas profesionales en este campo que hay en España», asegura. Tras insistir una vez más, las autoridades locales les dijeron que contarían con su ayuda a la hora de atender a los heridos, cuando todavía se desconocía el fatal desenlace que llevó a la muerte a Gustavo y José Antonio. Sin embargo, esa llamada, al igual que las anteriores, nunca se produjo.