Hogar

Orden y control: cómo el entorno influye en nuestro bienestar emocional

Nuestro cerebro interpretara el desorden como una serie de tareas pendientes, insinuando un trabajo aún por hacer

Mujer ordenador el armario para la nueva temporada.
Mujer ordenador el armario para la nueva temporada.Pinterest

La necesidad de orden en nuestras vidas va más allá de lo puramente superficial. No es solo una cuestión de estética, sino que el orden se convierte en un reflejo tangible de nuestro control sobre el entorno material. Tanto es así, que el desorden en nuestro hogar y en nuestra oficina puede tener un profundo impacto en nuestra salud mental y emocional; influyendo en cómo nos sentimos y en cómo actuamos.

Necesidad de control

Cuando nos encontramos con una habitación desordenada, no solo vemos objetos fuera de lugar, sino una representación física de elementos en nuestro entorno que no están siendo gestionados de manera efectiva. El desorden se convierte en una preocupación latente que acapara la atención de nuestro cerebro de manera similar a cómo lo hace una preocupación financiera o una interacción social que no se dio como nos habría gustado. Es un “runrún” involuntario y constante en nuestra cabeza que genera estrés y ansiedad. Es como si nuestro cerebro interpretara el desorden como una serie de tareas pendientes, insinuando un trabajo aún por hacer.

En este sentido, mantener un entorno ordenado tanto en el hogar como en el espacio de trabajo es vital. No solo nos proporciona una sensación de control que calma esa inquietud, sino que también nos permite centrarnos en la tarea que tenemos entre manos. Como es lógico, esto es especialmente relevante en nuestro espacio de trabajo, donde un ambiente desordenado puede mermar nuestra productividad y capacidad de atención, lo que puede repercutir negativamente en nuestro rendimiento laboral.

Las claves para limpiar y ordenar tu hogar es aprender a deshacerse de aquellos objetos que no necesitamos realmente
Las claves para limpiar y ordenar tu hogar es aprender a deshacerse de aquellos objetos que no necesitamos realmenteObjetivo BienestarLa Razon

Concentración y optimización cognitiva

Un estudio publicado en The Journal of Neuroscience analizó cómo el cerebro humano procesa entornos desordenados. Los investigadores observaron cómo los cerebros de los participantes reaccionaban a la visualización de diferentes objetos y descubrieron que cuando nuestro campo visual está saturado de elementos sin relevancia para nuestro objetivo inmediato, nuestro cerebro debe trabajar más para mantener a raya estos elementos que no son relevantes.

Frente a un entorno desordenado, nuestro cerebro se ve obligado a filtrar la información más relevante para nuestras metas inmediatas, un proceso que consume una gran cantidad de energía cerebral. Este esfuerzo adicional puede generar fatiga mental y una sensación de apatía, disminuyendo nuestra productividad.

Por otro lado, si nos encontramos en un entorno despejado o de estilo minimalista, nuestro cerebro se centra en filtrar menos elementos, lo que nos permite asignar más recursos cognitivos a la tarea que tenemos entre manos. La lección aquí es clara: un entorno ordenado no solo es agradable a la vista, sino que también puede ser un catalizador para nuestra productividad y bienestar emocional.