Salud

Pesamos 6 kilos más que hace 33 años

El índice de masa corporal de las mujeres españolas ha disminuido desde 1985. El de los hombes ha aumentado.

Pesamos 6 kilos más que hace 33 años
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El índice de masa corporal de las mujeres españolas ha disminuido desde 1985. El de los hombres ha aumentado.

El índice de masa corporal o IMC se ha ido incrementando de manera global en los últimos años, y aunque existe la percepción generalizada de que esto es consecuencia de los habitantes de las grandes ciudades, nada más lejos de la realidad, ya que es el medio rural el principal causante de este aumento.

A nivel nacional el IMC entre las mujeres disminuyó ligeramente en doce países de Europa, entre los que se encuentra España. Por el contrario hombres de todo el mundo han visto como su índice de masa corporal aumentaba en 3,1 kilos por metro cuadrado.

Estos datos han sido recogidos en una investigación dirigida por el Imperial College de Londres y publicados por la revista científica «Nature». La investigación involucró a más de 1.000 científicos de todo el mundo, los cuales analizaron muestras desde 1985 hasta 2017 dando como resultado unas cifras que marcan un aumento en la masa corporal que equivale a una media de 6 kilos en el peso de cada persona. Más de la mitad de este aumento es debido a las áreas rurales, llegando a ser responsables de más de un 80% del crecimiento en países con ingresos bajos y medianos.

En 1985 más de tres cuartos de los países del mundo tenían un índice de masa muscular más alto en las zonas urbanizadas, pero, durante las tres últimas décadas la brecha entre el IMC urbano y rural se ha reducido o incluso se ha invertido. Los investigadores achacan este hecho a los ingresos, la educación y el mayor precio de los alimentos en los países con ingresos altos. El profesor Ezzati explica estas circunstancias: «Las discusiones sobre salud pública tienden a centrarse más en los aspectos negativos de la vida en las zonas urbanizadas, además, las ciudades brindan una gran cantidad de oportunidades para mejorar la nutrición y la salud en general».

Por el contrario, en las zonas rurales con ingresos medios o bajos se han experimentado mejoras en las infraestructuras, en la agricultura mecanizada y un crecimiento en el uso de los automóviles, lo cual conlleva menores gastos de energía y más gasto en víveres, que en la mayoría de los casos se traduce en alimentos procesados y de baja calidad cuando no existen regulaciones suficientes para mantener un control sobre los mismos.

La principal excepción a esta tendencia globalizada se encuentra en el África subsahariana, donde las mujeres que habitan en las ciudades han experimentado un aumento de peso mayor que en las zonas rurales. Esto es debido a un trabajo con una exigencia de energía menor y el relegar a un segundo plano las tareas domésticas físicas, como la recolección de leña o agua.