Opinión

¿Qué estamos haciendo mal?

No se puede consentir que niños de esas edades estén sin vigilancia en ninguna parte

Marta Robles
Marta RoblesAteneo Mercantil de Valencia

Cada día, al levantarme y escuchar la radio, leer los periódicos, ver la televisión y enfrentarme a una agresividad desmedida me pregunto ¿qué estamos haciendo mal?, ¿qué se nos escapa?, ¿qué no somos capaces de colocar en su lugar para que, incluso pese a normas, discursos y compromisos, cada vez haya más mujeres maltratadas y asesinadas, más violaciones, más videos sexuales y más comentarios agresivos que navegan por los chats…? ¿Acaso no vivimos en la parte más civilizada del planeta? ¿No deberíamos ser nosotros los más ejemplares? Pues resulta que aquí, pasan cosas más que inexplicables. Porque la agresividad de un niño que no tiene qué comer o que ve sufrimiento constante en su casa o que es maltratado o vejado no es justificable, pero sí comprensible porque ha de fabricar un caparazón y volverse “malo” para soportar su propio dolor. Pero que en nuestra sociedad privilegiada, en un colegio de Badajoz, tres niños de seis años supuestamente normales y corrientes y de padres tan normales y corrientes como ellos arrastren a una niña de la misma edad por los brazos y las piernas, la trasladen a una zona más apartada y allí le bajen los pantalones y la ropa interior para arañarle la zona genital con las uñas, arena e incluso piedra es absolutamente inconcebible. Pero ha pasado. Y no solo una vez. Más allá de que la responsabilidad del centro es incontestable, porque no se puede consentir que niños de esas edades estén sin vigilancia en ninguna parte, la pregunta de nuevo vuelve a ser ¿qué estamos haciendo mal en esta sociedad nuestra para que unos pequeños con el uso de razón recién estrenado actúen con tanta maldad premeditada? ¿Qué han visto en sus casas? ¿Qué modelo tienen de referencia?