Opinión

No querer saber

Hay personas que, con sus pequeñas acciones cotidianas hacia los desconocidos, aportan su granito de arena a una transformación pacífica del mundo

Decenas de personas durante una concentración contra la violencia machista convocada por el Foro de Madrid Contra la Violencia hacia las Mujeres, en la Puerta del Sol, a 25 de septiembre de 2023, en Madrid (España). La cifra de mujeres asesinadas por violencia de género en lo que va de 2023 ha ascendido a 49, cifra que iguala a todas las fallecidas en 2022 y a todas las fallecidas en 2021, tras confirmarse el último caso de una mujer de 35 años que ha sido asesinada presuntamente por su expareja el pasado 24 de septiembre en Villarverde (Madrid). Con este caso, este mes se convierte en el segundo septiembre más negro desde que se tienen registros, con un total de nueve mujeres asesinadas. 25 SEPTIEMBRE 2023;CONCENTRACIÓN;FEMINISMO;VIOLENCIA MACHISTA; Matias Chiofalo / Europa Press 25/09/2023
Decenas de personas durante una concentración contra la violencia machista convocada por el Foro de Madrid Contra la Violencia hacia las Mujeres, en la Puerta del Sol, a 25 de septiembre de 2023, en Madrid (España). La cifra de mujeres asesinadas por violencia de género en lo que va de 2023 ha ascendido a 49, cifra que iguala a todas las fallecidas en 2022 y a todas las fallecidas en 2021, tras confirmarse el último caso de una mujer de 35 años que ha sido asesinada presuntamente por su expareja el pasado 24 de septiembre en Villarverde (Madrid). Con este caso, este mes se convierte en el segundo septiembre más negro desde que se tienen registros, con un total de nueve mujeres asesinadas. 25 SEPTIEMBRE 2023;CONCENTRACIÓN;FEMINISMO;VIOLENCIA MACHISTA; Matias Chiofalo / Europa Press 25/09/2023Matias Chiofalo Europa Press

Sí, hablar de violencia machista tiene poca poesía. Es algo desgarrador, un asunto feo de los que muchos no quieren saber. La semana pasada escribí sobre ello, “Veranos negros”, se titulaba, y constaté, dada la baja repercusión que tuvo en redes que la gente está cansada de penalidades y violencias. Lo comprendo, yo también. Pero hay algo dentro de mí, una compromiso moral, que me lleva a leer y escribir sobre aquello que produce sufrimiento en los otros. Porque yo soy la otra. Porque hay que conocer y asumir el dolor para poder poner un granito de arena a una transformación pacifica del mundo.

Hay personas que lo hacen con sus pequeñas acciones cotidianas hacia los desconocidos. Lo observo y me fascina. Son esos que se apartan cuando vas a pasar o que sonríen a tus niños o que acarician a tus perros o que te abren la puerta o que, simplemente, te miran. ¡Es tan extraño ahora que alguien te mire por la calle! Ni que vayas vestida de adefesio o de alborotadora, ni que luzcas amargura o estrellas. Los que miran, esos que no llevan el móvil en la mano ni el oscuro en la mente, son gente especial que, sin duda, ayudarán también a los conocidos.

Hace unos días leí que un hombre de noventa años había asesinado con arma blanca a su mujer de ochenta y seis. Son un numero significativo de estos criminales los que después de acabar con la vida de ella, intentan o terminan con la suya. Comencé a investigar y no encontré estudios científicos al respecto. ¿Por qué? ¿Por qué no hacer autopsias psicológicas de estos tipos? Otros, bastantes, hacen el intento, pero se quedan aquí martirizando. Seguramente estudiarlos serviría para anticipar los riesgos de sus actos y evitar matanzas. ¿Cómo es posible que habiendo tantos estudios idiotas no los haya sobre esto? La mayoría de los expertos cree que cuando la matan a ella ya no tienen a quien controlar e, impulsivamente, van por sí mismos. Hablemos de ello. ¡Por ellas!