En la muerte del Papa

«Quería una Iglesia para los pobres, en lo material y lo espiritual»

La Conferencia Episcopal Española despide con «dolor y esperanza» al Papa «de la alegría», y destaca su esfuerzo por abrir la institución

a los más necesitados

La cúpula eclesiástica española no tardó en reaccionar al conocerse la noticia del fallecimiento del Papa Francisco. Los obispos españoles destacaron el esfuerzo que realizó Jorge Mario Bergoglio por abrir la Iglesia a los más desfavorecidos, los pobres, los excluídos y marginados, y con la alegría como elemento vertebrador de la acción apostólica de su papado.

En una rueda de prensa, el presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, expresó este lunes en nombre propio, de la Iglesia española y de la vallisoletana, el «dolor y la esperanza» tras la pérdida del Papa Francisco, en una jornada que –según recordó– es el Lunes de Pascua, y en la que la Iglesia «mira con lágrimas en los ojos» pero «con alegría en el corazón el acontecimiento, la muerte, el paso a la vida que no acaba de nuestro queridísimo Papa Francisco», informa Ep.

Tras la presencia del pontífice el pasado Jueves Santo en la cárcel Regina Celi, así como en la misa de Pascua de este Domingo de Resurrección, Argüello indicó que el fallecimiento de Francisco ha sido «una sorpresa más» de su pontificado, ya que estos hechos «no hacían presagiar la inminencia de su fallecimiento».

En este sentido, reflexionó sobre las palabras que escribió el propio Francisco para la homilía de esa eucaristía celebrada este domingo en la Basílica de San Pedro, las cuales no pudo leer personalmente, y en las que utilizó la expresión «corramos al encuentro de Cristo resucitado». «Pareciera que el Papa se ha querido aplicar a sí mismo esta expresión o que Dios le ha permitido vivirla», destacó el arzobispo y presidente de los obispos españoles.

«Sorpresa» en el cónclave

Ahora, la Iglesia entra en un periodo de sede vacante con la vista ya puesta en el Cónclave que comenzará, según prevé, en unas «dos o tres semanas». En ese encuentro de cardenales que se mantendrá en el Vaticano, el arzobispo vallisoletano especuló con que «seguramente» se producirá «alguna sorpresa».

«Se hacen listas de candidatos, de papables, y luego esas listas quedan en nada», declaró el arzobispo, quien reconoció que no tiene razones concretas «para hablar de especulaciones», pero sí tiene «una confianza grande» en que el futuro obispo de Roma será «el Papa que la iglesia precise para este momento de la iglesia y para este momento de la vida social, de la vida del mundo», el cual definió como «desafiante».

Luis Argüello destacó que Francisco, el cardenal argentino y entonces obispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, vino del sur del planeta, «de una ciudad con villas miseria que acostumbraba a visitar para hacerse cercano a anunciar la misericordia» y con esa experiencia llegó a Roma.

Así, mencionó que cada Papa ha aportado sus características personales, y en el caso de Juan Pablo II, llegó de «una Polonia que había sufrido el nazismo y el comunismo»; Joseph Ratzinger, como Benedicto XVI, de una Alemania «en plena crisis de civilización occidental» y Francisco «llegó del sur y como que dio unas palmadas a la Iglesia y dijo: ‘chicos, el tiempo de la acogida del concilio en documentos en reflexiones teológicas está cumplido, pongámonos en marcha hagamos verdad la vida y el anuncio del evangelio en su propia experiencia’».

De hecho, el presidente de la Conferencia Episcopal quiso resaltar del recientemente fallecido Papa el «cambio de época» que quiso propiciar como «una gran transformación social, cultural y, por ende también, eclesial» en seguimiento de la pauta marcada por el Concilio Vaticano II.

Apertura a los excluidos

También en rueda de prensa, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Francisco César García Magán, recordó cómo el Papa exhortó a abrir la Iglesia a los pobres, los excluidos y marginados, y por hacerlo con alegría como núcleo de la acción apostólica de su papado. «Desde el primer momento dijo que quería una Iglesia en salida, una iglesia pobre y para los pobres», afirmó.

García Magán indicó cómo el Papa llamó a la Iglesia a salir a «las periferias culturales, a las periferias sociales, del mundo y también de cada persona», y apuntó que esa pobreza a la que se refería Francisco «no era solo material, sino también espiritual», informa Efe.

En especial, desatacó el interés de Francisco por acercarse y auxiliar a los emigrantes, como demuestra el «anteproyecto de viaje del Papa a Canarias para encontrarse con el problema de la inmigración, y su viaje testimonial a Lampedusa», que demuestran su preocupación por los excluidos y los marginados del mundo.

García Magán expresó el «profundo dolor» de la Iglesia española por la muerte del Papa Francisco la madrugada del lunes, y pidió «a todos los hombres y mujeres de buena voluntad» una oración por su alma y por la Iglesia.

Además, informó de que la Nunciatura Apostólica ha abierto un libro de condolencias que estará disponible sin interrupción, de 9:00 a 18:00 horas desde este martes hasta el sábado.

Y añadió que la comisión episcopal para la liturgia ha elaborado unas orientaciones para el periodo de «sede vacante» que se abre hasta la elección del próximo Papa, y aseveró que ya ha habido bastantes obispos que han emitido comunicados en sus respectivas iglesias y están rezando por Francisco.

Sin embargo, los funerales que se celebrarán por toda España en recuerdo del Papa no tendrán lugar hasta después del entierro del pontífice, precisó.

Preguntado por cuál debería ser el perfil del próximo Papa, García Magán manifestó que ese extremo deberá ser discernido por los cardenales en el cónclave, pero que antes ya se estará definiendo la figura en las congregaciones generales, en las que participan todos los cardenales, también los mayores de 80 años que tienen voz en esas congregaciones generales, aunque luego no tienen voto en el cónclave.

Y se mostró convencido de que sea cual sea la elección «será buena nueva para los retos eclesiales, intraeclesiales y extraeclesiales, sociales y culturales», una elección de «continuidad y no de la ruptura» y de que «el espíritu suscita en cada momento lo que la Iglesia necesita».

Anécdotas del pontificado

Tres obispos de Ávila durante los doce años que duró el pontificado de Francisco, Jesús García Burillo, José María Gil Tamayo y Jesús Rico García, recordaron ayer algunas anécdotas de sus vivencias sobre Francisco en un comunicado de la Diócesis de Ávila.

García Burillo era prelado abulense en aquel 2013 en el que el cardenal Bergoglio fue elegido Papa. Con «profundo pesar y gratitud», el obispo emérito de Ávila recordó la figura del pontífice, al tiempo que dio gracias a Dios por su figura, y revivió algún encuentro, como el que mantuvo con obispos de la región «de tú a tú» y durante casi dos horas y media, les «estuvo hablando con mucha paz, mucha sabiduría y también con anécdotas, porque era muy simpático». «El Papa sonreía siempre, pero no contestaba», y siempre se ha dicho que priorizaba las visitas a comunidades más pobres o necesitadas, y que su mirada estaba puesta en Oriente, «donde sentía que podía estar el futuro de la Iglesia».

Con dolor «pero con mucho agradecimiento» se manifestó también José María Gil Tamayo, obispo de Ávila entre 2018 y 2022, quien tuvo ocasión de reunirse con el Papa Francisco durante su episcopado en la sede abulense, incluida la última Visita Ad Limina. Sin embargo, quiso recordar con cariño y emoción un momento de cercanía que aún no había contado públicamente: «Cuando estaba muy enfermo también, al sufrir la covid en el hospital de Ávila, me llamó y me dijo: «no tienes permiso mío para marcharte’».

Para Gil Tamayo, el Papa Francisco ha sido «el Papa de la alegría permanente» y se queda con lo que le dijo hace «tan solo un mes»:«No pierdas nunca el buen humor».

Por su parte, el actual obispo, Jesús Rico García, dio las gracias por «el regalo que ha hecho a su Iglesia en la persona del ‘Papa de los descartados’, y resaltó su cercanía «por los más pobres, por aquellos que más sufren, su testimonio humilde y cercano».