Opinión

Salud mental

Es difícil mantener los pensamientos a raya en días de tanto dolor

Salud mental
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El pasado martes se celebró el día de mundial de la salud mental. Una celebración que llegaba al tiempo que las pavorosas imágenes de las atrocidades de los terroristas de Hamas respondidas por el ejército Israelí con más horror. Es difícil mantener los pensamientos a raya en días de tanto dolor. Sin embargo, hay que diferenciar la tristeza de los problemas de salud mental. En la vida hay picos y valles (incluso en las más agraciadas o desgraciadas), y hay que aceptar que todos hemos de pasar por momentos de tristeza, a veces extrema, que cuesta soportar y que tiñen de negro todo nuestro universo. La tristeza con motivo, que por supuesto suele ir acompañada de ansiedad, angustia y miedo, no es un problema de salud mental, sino de la propia vida. Cuando la salud mental se resiente los recursos para afrontar la adversidad desaparecen, inmovilizan e incluso conducen a los callejones sin salida más siniestros, donde siempre se esconde la sombra del suicidio. La reina rapeó el martes por la salud mental con el “hago lo que puedo, llego a lo que llego”, de Chojin, que es una magnífica recomendación para no perder la cabeza. También lo que decía la abuela de Alex Corretja: “El que hace lo que puede no está obligado a más”. Nos cerca el pánico a la imperfección aunque sea enemiga de lo bueno, como aseguraba Voltaire. También la soledad, la impotencia y, por supuesto, la miseria tangible e intangible. Cada vez más jóvenes ven resentida su salud mental y hasta piensan en el suicidio o lo concretan. Cada vez más personas se medican para soportar la vida. Y eso aquí, en España, en nuestro privilegiado país, donde tenemos tanto, pero no la suficiente atención.