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La opinión de Antonio Pelayo

Santa Cuaresma

Este periodo sigue siendo un tiempo fuerte en la vida de cada uno de nosotros y así lo ha subrayado el Papa Francisco

Antonio Pelayo La RazónLa Razón

Desde el pasado 5 de marzo, Miércoles de Ceniza, los cristianos hemos entrado en la Cuaresma, esos cuarenta días que deben prepararnos para celebrar la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Por desgracia para muchos, esta es una práctica ancestral que ha perdido todo su significado en los tiempos modernos que vivimos, una reliquia del pasado. Para otros se reduce únicamente a unos pocos días de ayuno y de abstinencia, nada que ver con el rigor con el que los musulmanes observan las obligaciones del Ramadán.

A pesar de este descuido, la Cuaresma sigue siendo un tiempo fuerte en la vida de cada uno de nosotros y lo ha subrayado el Papa Francisco en el mensaje que ha enviado a toda la Iglesia con el título «Caminando juntos en la esperanza» con una alusión muy directa al Jubileo que estamos celebrando.

El Papa insiste primero en la palabra «caminar» y nos plantea una pregunta fundamental: «¿Estoy verdaderamente en camino o más bien paralizado, estático, con el miedo y la ausencia de esperanza e, incluso, acomodado en mi zona de comodidad? ¿Busco recorridos de liberación de las situaciones de pecado y de pérdida de la dignidad?».

En un segundo momento Francisco insiste en la necesidad de caminar juntos, es decir, sinodalmente como nos ha recordado el reciente Sínodo; significa «proceder codo con codo, sin pisotear o abusar del otro, sin alimentar envidias e hipocresías, sin dejar que ninguno se quede atrás o se sienta excluido».

Para el Pontífice argentino, esta Cuaresma debe estar imbuida de esperanza basada «en la confianza en Dios y en su gran promesa, la vida eterna» porque –repite el mensaje– «la esperanza es el ancla del alma, segura y sólida».