Salud

Si bebes no concibas: la salud del feto también depende de ellos

Los hombres que consumieron alcohol en los tres meses anteriores presentaron un riesgo un 42% superior de tener hijos con problemas de salud congénitos que los abstemios.

Se ha descubierto que el deterioro cardíaco de los bebés también está relacionado con el alcoholismo de los padres. Foto: Alejandro Olea
Se ha descubierto que el deterioro cardíaco de los bebés también está relacionado con el alcoholismo de los padres. Foto: Alejandro Olealarazon

Los hombres que consumieron alcohol en los tres meses anteriores presentaron un riesgo un 42% superior de tener hijos con problemas de salud congénitos que los abstemios.

No solo es una cuestión de madres. Los hombres que quieren ser futuros padres también deben tener mucho cuidado con lo que beben antes de la concepción. Si quieren tener hijos sanos lo mejor es que se alejen del alcohol antes de plantearse la paternidad. Es el resultado de un reciente estudio de China que ha levantado un gran revuelo en la comunidad científica y que demuestra que todavía los caminos del ADN son inescrutables.

El trabajo ha analizado la salud de 340.000 niños nacidos en la última década y ha cruzado los resultados médicos con los hábitos de consumo de sus padres antes del embarazo de sus parejas. Matemáticamente, los hombres que consumieron significativas cantidades de bebidas alcohólicas en los tres meses anteriores a la concepción presentaron un riesgo un 42% más elevado de tener hijos con algún problema de salud congénito que los abstemios.

Hasta ahora, estaba suficientemente demostrado que el consumo de alcohol, incluso en pequeñas dosis, por parte de la mujer embarazada aumenta el riesgo de enfermedades congénitas en la prole. Pero que el padre también tenga que vigilar sus hábitos es algo que ha causado cierta sorpresa. Los resultados han tomado como referencia a personas que beben alcohol de manera frecuente y abundante. Éstos son aquellos que cuando consumen, toman cinco o más raciones en una ronda. La investigación se ha realizado en la Universidad de Changsha en China y ha realizado el seguimiento de los individuos estudiados desde seis meses antes de haber concebido a su futuro retoño.

Sin recomendaciones

No establece ninguna recomendación concreta, no propone que los hombres dejen de beber seis meses antes de que piensen concebir un bebé, pero sí encuentra algunos patrones relacionados con enfermedades. Se sabe a ciencia cierta que el alcohol es una sustancia teratogénica, es decir, que tiene la capacidad de provocar defectos en el desarrollo del feto. El consumo excesivo de alcohol por parte de la mujer embarazada puede provocar el llamado Síndrome de Alcoholismo Fetal que conduce a una amplia gama de posibles defectos congénitos, el más destacado de ellos, el desarrollo de cardiopatías. También se han descubierto problemas con el desarrollo del cerebro o con el crecimiento óseo causados por el exceso de alcohol en la madre.

En realidad, la inmensa mayoría de los estudios clínicos sobre el deterioro cardiaco congénito relacionado con el alcohol se han centrado en los hábitos de la madre. Pero ahora un estudio epidemiológico también relaciona este mal con el consumo paterno. Aunque el trabajo no es realmente definitivo. Primero, porque no es suficiente para determinar una medida de consumo de alcohol máximo a partir de la cual puedan empezar a aumentar los riesgos. Segundo, porque no es capaz de definir cuál es el mecanismo de acción del alcohol paterno que afecta al bebé. En el caso de las madres, es obvio que parte de los compuestos químicos que circulan por su sangre terminan entrando en el organismo del feto. Pero, ¿cómo es posible que el padre también transmita los efectos del consumo de alcohol? Evidentemente, debe ser a través del ADN y el único portador de esa información dañina es el semen. Pero las cosas no son tan sencillas. Porque el estudio ha analizado también el efecto del consumo de alcohol tres meses después de la concepción. Parece más fácil de entender que el esperma pueda verse de algún modo dañado por el consumo excesivo de la bebida y, por lo tanto, el feto concebido reciba información genética deteriorada. Pero ¿por qué el consumo posterior también afecta al bebé? Algunos expertos han puesto en duda los resultados y advierten que la relación estadística de este trabajo puede no ser todo lo precisa deseable. De hecho, la cantidad de análisis realizados no es suficiente para tomar una conclusión. A día de hoy, es imposible establecer una recomendación del tipo «los hombres que estén planeando ser padres deberán dejar de beber antes de plantearse la concepción».

Información genética

Sin embargo, otros autores han aprovechado este estudio para recordar que en el mundo de la genética aún no está dicha la última palabra. Aunque conocemos relativamente bien las implicaciones de la transmisión de la información genética (por ejemplo, cómo un gen defectuoso legado por el padre o la madre pueden conducir a una enfermedad en el hijo), todavía no están bien entendidos los factores epigenéticos. Los genes transmiten información básica pero esa información puede expresarse de manera diferente según los factores externos como el ambiente, la presencia de enfermedades, la alimentación. etcétera. Es como pronunciar la misma frase en un teatro silencioso o en medio de una plaza ruidosa: seguramente los receptores entenderán mejor el significado en el primer caso.

La epigenética propicia diferencias de expresión de los genes que no depende de la mera calidad de los mismos. ¿Pero cuánto influye el ambiente en la expresión del ADN? ¿Es más importante el ambiente que la herencia genética? Se trata de un terreno de investigación muy fértil que aún está por desarrollar. Estudios como este del alcohol podrían ayudar a entender en un futuro cercano cómo el ambiente externo modifica la expresión de los genes. Puede ser que las sustancias químicas del alcohol propicien reacciones epigenéticas negativas a la hora de la formación del esperma.

Pero también puede ser que, sencillamente, los hombres que consumen más alcohol también pertenezcan a un grupo con hábitos de consumo en general menos sanos, que vivan en ambientes más deteriorados y que, por lo tanto, sus parejas también compartan esos hábitos y ese entorno no tan sano.

Lo cierto es que la magia de la epigenética aún oculta algunos de sus secretos, entre ellos, hasta dónde llega la imperceptible influencia del padre en la salud de sus retoños.