Racismo

Somos menos racistas de lo que creemos

El 92,9% nunca ha tenido un problema racial, aunque el 39,3% califica a España de país xenófobo

Manifestación contra el racismo que recorrió las calles de Madrid el pasado mes de noviembre en el 25 aniversario del asesinato de Lucrecia Pérez
Manifestación contra el racismo que recorrió las calles de Madrid el pasado mes de noviembre en el 25 aniversario del asesinato de Lucrecia Pérezlarazon

El 92,9% nunca ha tenido un problema racial, aunque el 39,3% califica a España de país xenófobo.

La crisis de los refugiados que comenzó en 2015 ha puesto en un serio aprieto a la Unión Europea y ha estado a punto de llevarse por delante el proyecto comunitario por la división causada. Pero, más allá del marco político, la crisis ha llevado al límite a ciertas regiones en las que hemos podido constatar un resurgir de conductas racistas que creíamos superadas. Alemania o Francia, por poner dos ejemplos representativos, se resienten aún de dichas tensiones. Pero, ¿y España? ¿Somos un país xenófobo?

La respuesta es que en esto, como en tantas otras cuestiones, creemos que somos peores de lo que en realidad somos. Así lo demuestra nuestra encuesta, en la que un 39,3% de los consultados considera que España es un país racista frente al 53% que cree que no, aunque solo el 4,8% confiesa haber tenido alguna vez un problema que considere racial. Una contradicción que puede llevarnos a concluir que nuestra autoimagen está distorsionada, quizá contaminada por la avalancha de informaciones que leemos y que tienen lugar en otros lugares de Europa.

Asimismo, la gran mayoría de la muestra, un 70,5%, ve positiva la presencia de inmigrantes en nuestro país porque contribuyen al desarrollo económico. Cifra, que entre los jóvenes de entre 18 y 34 años llega al 80%. También es esta franja de edad minoritaria a la hora de responsabilizar a los extranjeros de los problemas más graves que sufre España, un 27,3% frente al 47,8% de los encuestados a partir de 55 años. Podemos, pues, concluir que las nuevas generaciones tienen aún menos prejuicios y que somos una sociedad más tolerante de lo que parecemos.