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Sonia Cervantes: «Tenemos políticos psicopáticos y en los mundos de yupi»

En su obra nos enseña a reprogramarnos y a actuar positivamente para conseguir vivir de verdad. Da las herramientas para comprenderse y saber afrontar el dolor.

Sonia Cervantes: «Tenemos políticos psicopáticos y en los mundos de yupi»
Sonia Cervantes: «Tenemos políticos psicopáticos y en los mundos de yupi»larazon

En su obra nos enseña a reprogramarnos y a actuar positivamente para conseguir vivir de verdad. Da las herramientas para comprenderse y saber afrontar el dolor.

Apuesta por educar en no evitar el sufrimiento, dice que afortunadamente la vida «no se medica» y que los niños tienen que poder despedirse de sus seres queridos cuando mueren. En «IntesaMente» (Grijalmo) recuerda cómo la mente y las estrategias que uno pone en marcha, nos impiden llegar a estar felices.

–Deme una receta sencilla para afrontar el día a día...

–Aceptación y comprometerse a cambiar con cierta responsabilidad social.

¿Cuál es la mente más intensa con la que se ha encontrado?

–Con la mía (risas). Todos tenemos un pedazo de disco duro del que no somos conscientes. El mayor hito del universo es la mente humana, es casi un instrumento perfecto, pero mal usado puede ser un arma de destrucción.

–¿La mente es arrogante?

–Es altamente arrogante porque se cree que lo sabe todo y que todo lo que sabe es verdad. Hemos perdido la capacidad de autocrítica.

–¿Hay que sentir dolor para poder superarlo?

–A nadie nos gusta el dolor y ante un dolor mínimo de cabeza todos vamos al ibuprofeno. Si no me enfrento a él, si huyo, se hace más grande. El ser humano aprende mucho de los momentos difíciles, y a través de las experiencias que tienes, puedes hacer una mejor versión de ti mismo. Evitar el dolor es no desarrollar herramientas para hacerle frente, no tocar con los pies en el suelo. Es un poco vivir en los mundos de Yupi y en negación. A veces hay que aceptar la vida como viene aunque sea un desastre; seguir hacia delante con todo el derecho del mundo a quejarte y a estar mal...

–Habla del «silencio presente» y de no evitar el dolor. ¿Somos analfabetos emocionales?

–Somos analfabetos emocionales en general. La presencia silenciosa, ese apoyar a una persona que lo pasa mal, ayuda más.

–Compara a la ansiedad con el monstruo de las galletas. ¿Cómo le ponemos a dieta?

–La mejor manera de lidiar con el monstruo de las gallegas es no darle de comer y seguir haciendo las cosas a pesar del miedo. Ser realista. Y si no es posible, no lo hago y acepto mi ansiedad y ya se pasará. Es imposible que vivas eternamente ansioso.

–¿Somos tan felices como dicen nuestras redes sociales?

–La felicidad plena no existe. Es mejor estar feliz que serlo. Serlo implica un rasgo permanente que no es posible. En las redes sociales mostramos la mejor cara de la realidad, que no es mentira, pero es un sesgo de información. Es como si digo que conozco a un hombre de mediana edad, que le gusta mucho la música clásica, sus perros, los niños, pintar... y dices: «Este tío no me cae mal». Pero te estoy hablando de Hitler, no te he mentido; pero no te he contado que mató a siete millones de judíos. No es que todos seamos ese personaje, pero tampoco es cierto que seamos tan felices como mostramos en las redes y sobre todo en Instagram, que sería la más ególatra, sobre todo para los adolescentes, con los que más trabajo, es un baremo de su autoestima.

–¿Somos yonkis de nuestros pensamientos? ¿Cómo evitar los malos?

–No podemos evitarlos, otra cosa es que tienes que cuestionarte si son ciertos. Cuando tengas un pensamiento negativo imagina que estás delante de un juez y que tienes que demostrar que eso que estás pensando es verdad y vas a ver que en muchas ocasiones el juez te dirá: «Eso son evidencias, pero no pruebas». «Ni si quiera son evidencias ni pruebas, es lo que usted cree». La manera de lidiar con ello es no creerte todo lo que piensas y sobre todo revisar de dónde viene. Si es fruto de la educación, de la experiencia, aceptar que está ahí pero no dejar que tome el timón.

–Habla de los mundos de Yupi... ¿Hay muchos políticos en ese mundo?

–Sí, tenemos muchos que viven en los mundos de Yupi y tenemos otros muy psicopáticos, con falta de empatía. Pero hay que tener un perfil especial para ser político. Una alta sensibilidad no favorece a la hora de tomar decisiones importantes, lo tendrían complicado. Hay de todo, pero están entre «los mundos de Yupi» y «The walking dead». La ley del más fuerte y la del interés propio.

–¿Cómo se ayuda a alguien con miedos e inseguridades?

Lo primero es no juzgarla ni forzarla a que haga algo, pero sí a que hable de los miedos, que los ponga sobre la mesa y que valore sin son reales, irracionales o fruto de esa realidad anticipatoria. Si lo requiere, ayudarle. Si le da miedo solo, prestarle apoyo y decirle, «vamos a hacer lo posible para que a pesar del miedo lo puedas hacer», y respetar su miedo.