Granada

«Soy tu padre, tienes que dejarte llevar. No vives bien tu sexualidad»

«Pedófilos» o «Sucios pederastas» fueron algunas de las pintadas hechas en la parroquia de San Juan María Vianney, en el Zaidín (Granada)
«Pedófilos» o «Sucios pederastas» fueron algunas de las pintadas hechas en la parroquia de San Juan María Vianney, en el Zaidín (Granada)larazon

El auto del caso de los curas denunciados por abusos en Granada revela orgías delante de menores, masajes libidinosos y actos sexuales.

Tras arduos meses de investigación, Antonio A. Moreno Marín, el juez que lleva el caso de los presuntos abusos sexuales cometidos por miembros del Arzobispado de Granada, levantó ayer el secreto de sumario. El auto, al que tuvo acceso este periódico, habla por sí solo: masajes libidinosos, actos sexuales e incluso orgías ante un menor son algunos de los hechos a los que se enfrentan tres sacerdotes y un profesor de Religión después de que el Papa Francisco hiciera propia la denuncia de David, a tenor de la carta que recibió relatándole las prácticas a las que fue supuestamente sometido entre 2004 y 2007 cuando era menor de edad. Una denuncia a la que después se sumó un segundo denunciante y en la que hay dos jóvenes más que dan fe de que al menos de parte de los hechos alegados podrían haber sucedido al vivir ellos situaciones similares.

En concreto, el auto refleja que «Román Martínez Velázquez de Castro intentaba introducir sus manos en los calzoncillos de David (el primer denunciante) para tocarle..., oponiéndose a ello David, observando éste que Román se contrariaba e intentaba convencerlo diciéndole frases como ‘‘soy tu padre, tienes que dejarte llevar, no vives bien tu sexualidad’’». En otra ocasión, Román le espetó: «Debes dejarte llevar y vivir la sexualidad sin tapujos, siendo una sensación increíble que te toquen».

Con este tipo de afirmaciones, Román Velázquez de Castro, uno de los cuatro imputados del caso, pretendía que David viera como normal mantener relaciones sexuales con adultos, teniendo éste entre 14 y 17 años cuando sucedieron presuntamente los hechos. Y aunque esta meta no la logró, el jefe del clan de los Romanones, siempre según el auto, sí consiguió su anhelo enfermizo: abusar sexualmente de David que, de forma reiterada, cedía, ante el miedo a que le echaran de la congregación.

Pero la pesadilla del primer denunciante, que había dejado el hogar familiar para irse a vivir con este grupo de sacerdotes dado su fervor religioso, no acabó ahí.

No sólo hubo masajes y tocamientos. Según el auto, Román Velázquez de Castro «le echaba aceite» e intentaba forzarle. El jefe del clan consiguió lo que perseguía a pesar del rechazo del entonces menor.

Unos actos en los que Román no actuaba solo. «Francisco Campos y Manuel Morales», también le hicieron tocamientos. Además, estos dos imputados, también religiosos, «practicaron en varias ocasiones sexo con Román y entre sí, en presencia de David». También ellos pretendían que el menor viera estas prácticas sexuales como algo normal, «haciéndole ver películas pornográficas» para tal fin.

En cuanto a Sergio Quintana Muñoz, el único de los cuatro imputados que no es seglar –es un profesor de Religión que impartió clase en el IES Alonso Cano hasta el mismo viernes previo a su detención, tal y como publicó en su día LA RAZÓN–, «no obligó a David a que le masturbara, pero sí se lo hizo a él».

El auto del Juzgado de Instrucción número 4 de Granada refleja más hechos, como que «todos los miembros del grupo se exhibían desnudos en la piscina de la casa de la urbanización de Los Pinillos» o la práctica de masajes libidinosos continuados en el tiempo.

Unos masajes y desnudos que también hace constar Josue, el otro denunciante, así como José Manuel (amigo de David) y Gerardo, los testigos. En el caso de este último, el testigo asegura que Román fue a su casa y preguntó por él a sus padres y que el jefe del clan, tras volver de Argentina, iba continuamente a su casa para buscarlo.

Se trata, en definitiva, de unos hechos escandalosos y que podrían no acabar aquí, ya que, «aunque en la actualidad hay cuatro imputados, se va a citar a declarar a ocho personas más», explicó Juan Pedro Oliver, presidente de la Asociación Pro Derechos del Niño (Prodeni), acusación popular. Entre ellos, algunos religiosos miembros del clan de los Romanones que habrían disfrutado en esos años con Román y el resto de los acusados del chalé de la dudosa herencia recibida por los curas.

Ahora bien, unos supuestos hechos que hay ahora que probar. En este sentido, el abogado de los religiosos, Javier Muriel, explicó a este periódico que «me parecen un auténtico disparate carentes de verosimilitud los hechos narrados por los denunciantes. Necesito contrastar el contenido de todo lo instruido. España no puede ser el país de acusa que algo queda, y los delitos investigados son demasiado graves como para afrontarlos sin la cautela necesaria».

¿Delitos prescritos?

Por su parte, el abogado del primer denunciante también solicitó un tiempo para analizar los 1.595 folios del sumario, al igual que la acusación popular.

El temor es la posibilidad de que alguno de los hechos ahora denunciados pudieran haber quedado prescrito. Y es que todas las partes tienen un plazo de diez días hábiles para informar sobre la posible prescripción de cada uno de los hechos relatados en relación a cada imputado. Si bien, todo apunta a que «los hechos graves no habrían prescrito», explicó el presidente de Prodeni. Y es que al producirse teóricamente estos hechos cuando los denunciantes eran menores de edad, el tiempo de prescripción no arranca hasta que la víctima no haya alcanzado la mayoría de edad, tal y como precisa el auto. Y en el caso de David, éste tenía 17 años en 2007, por lo que al menos los hechos más graves no habrían prescrito.

Desde el Arzobispado de Granada, una portavoz expresó a LA RAZÓN nada más conocer el levantamiento del sumario su total respeto por la labor de la Justicia, al tiempo que mostraron su «total colaboración». «Queremos que la investigación siga adelante y se conozca toda la verdad. Somos los primeros interesados en que se resuelva todo», añadieron, máxime cuando tuvo que ser el Papa Francisco el que diera la voz de alarma por este caso.