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El conductor entró distraído en el túnel

Foto cedida por la Delegación del Gobierno francés del autobús que transportaba cerca de sesenta estudiantes españoles de Bilbao a Amsterdam que se empotró esta madrugada en un túnel demasiado bajo (de 2,60 metros) del Grand Boulevard de la periferia de Lille larazon

El chófer, que dio negativo en los test de alcohol y drogas, asegura que se fió del GPS. Seis de los 59 pasajeros están hospitalizados, pero sus vidas no corren peligro. El autocar quedó «decapitado» y se evitó una tragedia peor porque la mayoría dormía.

Seis jóvenes españoles se encuentran en estado muy grave como resultado del accidente que sufrió cerca de Lille el autocar que los trasladaba desde Bilbao a Ámsterdam. El último balance que ofreció ayer el Centro Hospitalario Regional Universitario (CHRU) de Lille indicaba que la vida de ninguno de ellos estaba comprometida, como se había temido durante el día, y que también hay 15 heridos leves entre las 59 personas que transportaba el autobús, aunque anoche sólo 14 permanecían hospitalizadas. En su mayoría son jóvenes universitarios de entre 18 y 29 años procedentes de Bilbao, San Sebastián y Vitoria.

En torno a las 5:30 horas de la mañana, el autobús salía de la ciudad de Lille rumbo a la ciudad holandesa, a través del Grand Boulevard de La Madeleine, donde hay varios minitúneles. Los pasajeros describían después escenas de «gritos y sangre». Uno de los jóvenes que viajaban en el interior, Erlantz, relataba a i-Television el miedo que pasaron: «Yo estaba durmiendo. Tenía los ojos cerrados, y de repente oí un gran ruido y sentí el olor a humo. Había cristales rotos por todas partes, la gente sangraba, era un desastre. Enseguida intentamos salir del autobús y ayudar a la gente que estaba sangrando abundantemente. Por suerte, la Policía y los Bomberos llegaron rápidamente. Yo sólo tengo unos arañazos, pero hay gente más grave que está en el hospital».

El chófer que conducía el autocar en el momento del accidente entró distraído en el minitúnel, donde aparece indicada a la entrada la prohibición del paso a los vehículos con una altura superior a los 2,6 m. La parte delantera del autobús pasó sin problemas, pero enseguida la parte más elevada chocó contra el túnel y mientras el resto seguía introduciéndose en el interior, el autocar quedó completamente «decapitado» y el techo cayó detrás. El conductor fue sometido a los análisis de detección de alcohol y drogas y ambos dieron negativo. Según la Prefectura del Norte, estos vehículos conocen bien el trayecto que realizan de forma regular, pero, por causas hasta ahora desconocidas, los chóferes decidieron tomar ese camino que no es el habitual. En las primeras explicaciones que ofreció el conductor a la Policía, comentó que se había dejado guiar por el GPS y que entró distraído en el túnel.

El autocar quedó incrustado en el túnel, y sin techo, como si lo hubieran serrado. «Fue horrible», comentó Ana a la «Voix du Nord»: «De repente el techo del túnel estaba aquí», indica poniéndose la mano sobre la cabeza. Los equipos del Samu desplazaron a 19 personas para atender a los heridos, que fueron transportados al CHRU de Lille para ser tratados por los servicios de traumatología, estomatología y neurocirugía. Al mismo tiempo, se instaló un equipo de urgencia médico-psicológico para asistir a los que habían quedado ilesos pero fuertemente impresionados, y que fueron atendidos en el centro deportivo municipal de Romain. François Ducrocq, psiquiatra del Samu, fue uno de los primeros en escuchar a los accidentados: «El choque ha sido de una violencia indescriptible. Se ha producido cuando la mayoría de los ocupantes del autobús dormía y muchos describen primero un gran ruido, una sensación física y después el caos», comentó a France 3:«Es necesario atenderlos de forma inmediata para prevenir cualquier forma de patología posterior».

El alcalde de La Madeleine, que lleva tiempo reclamando la mejora de la seguridad en este tramo de la carretera que pasa por su localidad, emitió un comunicado para reclamar una reunión entre el Consejo departamental del Norte y las autoridades de la capital, Lille, que gestionan el Grand Boulevard en el que tuvo lugar el accidente para estudiar las medidas necesarias que permitan evitar otro incidente.

En la actualidad, dos señales a la entrada del túnel indican que está prohibido circular a más de 70 km/h y que la altura máxima de los vehículos que pueden pasar por allí es de 2,6 m. Además, unos paneles colgantes instalados a la entrada de este bulevar avisan al vehículo de si puede o no pasar. «El problema, indica Leprêtre, es que cuando un camión ha golpeado esas cadenas, se desplazan y el siguiente vehículo ya no entra en contacto con ellas».El accidente sufrido por el autobús procedente de Bilbao es el más grave que se ha producido en este lugar, pero no el único. Desde el mes de diciembre ha habido que lamentar cuatro accidentes, tres camionetas y un camión que se han encontrado bloqueados en el interior del túnel, aunque en ninguno de los casos ha habido que lamentar ningún herido.

El conjunto de los pasajeros esperaba anoche a ser repatriados rápidamente a España para reunirse con los suyos, a excepción del chófer que conducía que ha sido arrestado. El fiscal de Lille, Frédéric Fèvre, indicó a última hora de la tarde que el chófer iba a pasar toda la noche detenido. Según el fiscal, el conductor «está hundido», y aseguró que se trata de un hombre «con muy buena reputación, conocido como una persona seria en el plano profesional». Frédéric Fèvre confirmó que los análisis de alcoholemia y estupefacientes que se habían realizado al conductor habían dado negativo, y que la Policía había recuperado el cronotaquígrafo del autobús.

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