Abusos a menores
Una forense ha logrado 28 cadenas perpetuas
La Universidad de Dundee, en Escocia, es la pionera en este tipo de identificaciones. Desde el año 2008, han ayudado «a conseguir 28 cadenas perpetuas y alrededor de 300 años en penas de cárcel», explica a este diario la antropóloga forense y líder del proyecto, Sue Black. Así, han ayudado a diferentes fuerzas policiales de la Unión Europa y también de Australia y de EE UU. Ha estudiado muchísimos casos: por la pantalla de su ordenador ya han pasado alrededor de mil pares de manos.
El hito de su carrera como forense de manos fue en 2009. Durante un viaje a Tailandia en 2004, el sospechoso, Dean Lewis Hardy, de 50 años, tomó fotos de cuatro niñas de entre 8 y 10 años de edad, incluyendo algunas en las que podían verse sus manos sobre ellas. El equipo de Black halló coincidencias: unas pequeñas cicatrices, además de similitudes en el patrón de las pecas y en los pliegues de la piel de los dedos pulgares. Así, lograron que se le condenara a seis años de cárcel.
Pero Lewis sólo fue el primero. En 2016, la Policía de Kent pidió ayuda a la forense en el caso de Richard Huckle, considerado uno de los peores depredadores pedófilos de Gran Bretaña: entre 2006 y 2014, Huckle abusó de 200 niños de Malasia, incluyendo bebés. También él tomo varias fotografías de sus víctimas. Y en su caso el patrón de las venas fue lo determinante. ¿Resultado? De las 28 cadenas perpetuas logradas por el equipo de Black, 22 corresponden a Huckle. Sue Black no tiene constancia de que los pedófilos estén empezando a usar guantes a la hora de perpetrar e inmortalizar sus crímenes. «Su ofensiva es siempre táctil, por lo que es poco probable que la mayoría recurra a tales medidas», asegura.
Estos científicos forenses, además, no sólo «viven» de las manos. «Encontramos otras partes del cuerpo del delincuente capturadas: por ejemplo, piernas, pies, torso, antebrazos y partes privadas. Todas y cada una de ellas pueden ser examinadas», concluye Black.
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