La opinión de Marina Castaño

A vueltas con la Inteligencia Artificial

En este mundo de inútiles que estamos fomentando sólo se pretende la vagancia y el diletantismo

El impacto de la Inteligencia artificial en las empresas es más que evidente.
El impacto de la Inteligencia artificial en las empresas es más que evidente.PixabayPixabay

La realidad ante la que nos encontramos es entre esperanzadora y asustadora. La Inteligencia Artificial (IA) acabará con muchos oficios –entre ellos éste de escribidor–, con el sector editorial, el del dibujante, diseñador de portadas, hasta el de pensador, porque para eso está ya la máquina. A mí me suena todo esto bastante apocalíptico, devastador, se acaba la impronta humana en las letras, en las líneas trazadas y se impone el trabajo de la máquina y no hay ya quien ponga puertas a este campo. El oficio de «negro» desaparece por completo y quien se pretende hacedor de historias puede saltar hasta el infinito, porque chatGPT no tiene límites y la poca decencia de muchos, tampoco.

Sin embargo, en este mundo de inútiles que estamos fomentando sólo se pretende la vagancia y el diletantismo porque es de suponer que esos avances en la tecnología sirven para algo más que defraudar a lectores y, por ejemplo, buscar planetas como la Tierra con algo más que súper telescopios que podrían determinar si existen otras vidas en alguna lejana estrella o para que ciudades en sequía tuvieran agua a raudales y no experimentar escasez del líquido fundamental para sobrevivir. Todo menos para prácticas fraudulentas, para viejos pillajes que no supondrían en absoluto un avance sino un retroceso para las mentes que mudan en paralíticas por ausencia de creatividad.

Luego está lo de las redes, que empiezan a ser una preocupación para los países, si bien resultan una fuente de pingües ingresos para gentes que han sabido encontrar una fuente de hacer dinero en la estupidez ajena. Me refiero a los que han dado en llamar «influencers», que a través de sus fotos y postureos contribuyen a que la gente se incline por una u otra marca de ropa o de lo que fuere recibiendo así un dinerito, muchos de ellos hasta un dineral, por parte del proveedor en cuestión. Finalmente, y si lo pensamos bien, vivimos un momento de máximo rendimiento y mínimo esfuerzo para algunos, digamos un rebaño de aprovechados que han sabido hacer negocio de su ignorancia, su mente huera de conocimientos y de su holgazanería.