Estreno
«Sólo dios perdona»: Vender humo
Dirección y guión: Nicolas Winding Refn. Intérpretes: Ryan Gosling, Kristin Scott Thomas, Vithaya Pansringarm, Tom Burke. Dinamarca-Francia. 2013. Duración: 90 min. «Thriller».
Si los atractivos de «Drive» se medían por su capacidad de evocar un género –que a su vez tuneaba los logros de sus inmediatos precedentes, desde «Bullitt» a «French Connection»–, el «thriller» de acción de los ochenta, a partir de una mirada abstracta, convirtiendo a sus estereotipos en ideas con gafas de sol y estoicismo a prueba de escépticos, «Sólo Dios perdona» pone en marcha una repetición de la jugada extremando su estilización formal. Tanto, que se olvida de la entidad dramática de los personajes, incluido el personaje de Ryan Gosling. No se trata de que la forma devore al fondo; el problema está en que ni siquiera sabe digerirlo. Son apabullantes el dominio del encuadre, el uso del color y la elegancia de los movimientos de cámara, pero, de repente, todo ese talento visual se desliza por una tragedia, entre bíblica y shakesperiana, sin poder impregnarla. La supuesta intensidad de esta historia de venganzas ancestrales y dictaduras matriarcales nunca traspasa la pantalla. Por muy brutal que sea, su tratamiento de la violencia se alimenta de humo. Y la película, enamorada de sí misma como está, camina sonámbula por un universo que se pretende solemne, como el de un Melville exótico, y que acaba por ser un punto ridículo.
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