Bicicleta
Así es la bicicleta del futuro: funciona con hidrógeno y da energía a tu casa
La LAVO Bike promete 300 km de autonomía gracias a una pila de hidrógeno portáti
La historia de la tecnología siempre ha sido una batalla de rivales. Podríamos decir que empezaron Edison contra Tesla, Beta contra VHS, Microsoft contra Apple.
Hoy, en el terreno de la movilidad, la disputa se libra entre baterías eléctricas y pilas de hidrógeno.
Por ahora la electricidad parece llevar ventaja, pero el hidrógeno no ha tirado la toalla.
Y la prueba está en un invento que parece sacado del futuro: ni más ni menos que una bicicleta de hidrógeno diseñada en Holanda junto a un socio australiano.
La bicicleta que rueda con hidrógeno
Las baterías de litio tienen un problema evidente, y es que pesan demasiado para la energía que ofrecen.
En un coche se puede compensar, pero en una bicicleta o ciclomotor esa relación peso-energía limita la autonomía y los confina a la ciudad.
La LAVO Bike propone otra solución: sustituir la batería por una pila de hidrógeno. Esta tendrá un depósito de apenas 1,2 kilos y podrá recorrer casi 300 kilómetros.
Es verdad que hay que recordar que esta no es la primera en el mundo. En 2019, durante la cumbre del G7 en Francia, se presentaron las bicicletas Alpha, con 150 kilómetros de autonomía y recargas en menos de dos minutos.
Pero la LAVO Bike da un paso más: diseño modular, depósito portátil y recargable, pila de combustible que convierte el hidrógeno en electricidad y hasta un sistema doméstico para producir hidrógeno con energía solar.
Los desarrolladores aseguran que ese mismo sistema podría cubrir las necesidades energéticas de una casa durante dos días.
La bicicleta no solo está pensada para ciclistas de montaña, también podría convertirse en un aliado de las empresas de mensajería, gracias a su potencia para transportar pequeñas cargas.
Por ahora es un prototipo, pero los planes apuntaban a un lanzamiento en 2022 y no sería extraño empezar a ver modelos similares en las calles si las hidrogeneras —las estaciones de recarga de hidrógeno— se multiplican.
Además, el hidrógeno verde sería un gran apoyo a la sostenibilidad, ya que, producido mediante electrólisis con energía renovable, no necesita minerales raros ni metales pesados como las baterías de litio.
Y su combustión solo genera agua limpia. En motores de explosión convencionales puede liberar pequeñas cantidades de óxidos nitrosos, pero en pilas de combustible la reacción electroquímica produce electricidad limpia.
El futuro del hidrógeno aún depende de que su producción verde sea rentable a gran escala.
Se espera que lo sea en la próxima década, y si eso ocurre, proyectos como la LAVO Bike podrían inclinar la balanza hacia una movilidad más sostenible.
Al fin y al cabo, no sería la primera vez, ya que los primeros motores de explosión del siglo XIX ya utilizaban hidrógeno antes de que la gasolina se impusiera.
Quizá ahora sea el momento de recuperar esa historia y darle un giro hacia el futuro.