Elon Musk
Elon Musk, CEO de Tesla, agotado y triste, responde sobre si puede implosionar: "Absolutamente"
El empresario y economista mostró su cara más humana en una entrevista concedida en 2018 en la que reconoció comportamientos peligrosos para su salud
El precio del éxito es algo que no siempre sale a la luz cuando hablamos de quienes lo alcanzan. La mirada siempre está puesta en el producto final, en el logro y en la repercusión que obtiene quien está detrás de ello. Sin embargo, existen momentos de reflexión en los que hasta los emprendedores más reconocidos muestran su lado más humano y confiesan haber atravesado por baches en su camino.
Esto mismo le ocurrió a Elon Musk, CEO de Tesla y X, que en una entrevista concedida en 2018 al medio de comunicación estadounidense Axios reconoció los duros momentos por los que pasó en el ámbito profesional durante los primeros años de la empresa. El camino se puso más cuesta arriba para Musk con los problemas de producción del Model 3 de la compañía, cuya producción incluso llegó a paralizar de forma temporal.
La entrega de Elon Musk en los comienzos de Tesla
Por aquel entonces, según reconoció el CEO de Tesla, pasaba largas jornadas de trabajo en la fábrica, yendo de una sección a otra y tratando de solventar cuantos problemas iban surgiendo: “Trabajé siete días a la semana, durmiendo en la fábrica. Trabajé en todas partes: en el taller de pintura, en el de ensamblaje general, en el de chapa y pintura” declaró.
Eso sí, las palabras de Musk en 2018 fueron las de alguien que sabe del riesgo que un comportamiento tan metódico y que roza lo obsesivo puede provocar en la salud: "Nadie debería dedicar tantas horas al trabajo; esto no es bueno. La gente no debería trabajar tan duro; yo lo he hecho; ellos no deberían hacerlo. Es muy doloroso", confesó en el marco de la charla con los periodistas de Axios.
Pese a reconocer públicamente lo peligroso de esa implicación extrema, Elon Musk también quiso remarcar el hecho de que consideró estrictamente necesario hacerlo. Se trataba de un momento muy comprometido para la compañía Tesla, con los plazos de entrega del Model 3 pisándole los talones y las dificultades en la producción que atravesaban y que pudieron ser asimilables a la preocupación actual de los accionistas.
Musk quiso dar ejemplo desde sus comienzos con la cultura empresarial que de forma tan ferviente ha defendido en los últimos tiempos, aunque las consecuencias negativas de ella también se han dejado notar en sus empresas y en el bienestar de sus empleados, quizás conocedores de las palabras de su jefe allá por 2018 y que hoy pueden estar entre las causas de la animadversión que genera.
El también fundador de SpaceX zanjaba el tema en dicha entrevista, en la que se le veía con el ánimo bajo y signos evidentes de fatiga, apuntando a la pregunta concreta de los reporteros en qué había notado más las consecuencias de aquel sacrificio: “me hizo daño en la cabeza y en el corazón”, confesó antes de dejar paso a un silencio revelador.