Cuando pensábamos que lo habíamos visto todo en el mundo de la fotografía digital, Fujifilm nos sorprende con un movimiento que, cuanto menos, levantará cejas y generará debate: una GFX de formato medio con objetivo fijo. La nueva Fujifilm GFX100RF llega para revolucionar (¿o quizás no?) el panorama del formato medio con una propuesta que mezcla la calidad de su sensor de 102 megapíxeles con la filosofía "todo en uno" de la mítica serie X100

La primera impresión al ver la GFX100RF es clara: Fujifilm ha querido trasladar ese aire retro y compacto de la X100VI a una bestia capaz de capturar imágenes con un nivel de detalle muy superior. Su diseño, con esa placa superior de aluminio fresado tan característica, nos recuerda a las cámaras de antaño, pero con la tecnología más puntera en su interior. Y es que estamos hablando de un sensor que es 1,7 veces más grande que el de una cámara de fotograma completo.

Pero aquí viene la gran pregunta: ¿objetivo fijo en una cámara de formato medio? Fujifilm lo justifica con la versatilidad de su óptica de 35mm (equivalente a un 28 mm en formato completo), una focal que, sobre el papel, se adapta bien a paisajes, retratos e incluso fotografía callejera. Además, han añadido un "truquito" digital que permite simular ópticas de 45 mm, 63 mm y 80 mm.

Seamos sinceros, esto no es más que un recorte, pero cuando tienes 102 megapíxeles a tu disposición, hasta un recorte generoso sigue ofreciendo una resolución más que decente. Algo que hemos podido comprobar por nosotros mismos al analizar algunos de los smartphones de última generación con sensores fotográficos de gran tamaño y altísima resolución, como el Samsung Galaxy S25 Ultra, el vivo X200 Pro o el Xiaomi 15 Ultra.

En cuanto al diseño, la GFX100RF parece ser sorprendentemente compacta para lo que ofrece. Con sus 735 gramos, se codea con algunas cámaras full-frame, lo cual es un logro considerable para el formato medio. Fujifilm ha conseguido esta reducción de tamaño gracias a la adopción de un obturador de hojas en el objetivo, que permite acortar la distancia de enfoque posterior y optimizar la disposición de los componentes internos. Este tipo de obturador, por cierto, también nos regala la posibilidad de sincronizar el flash a cualquier velocidad.

Eso sí, no todo son buenas noticias. Los más puristas del formato medio quizás echen de menos la estabilización de imagen en el cuerpo (IBIS). En una cámara de este calibre y precio (unos 4.900 dólares, disponible a partir de abril), que seguramente muchos usuarios utilizarán a mano alzada, su ausencia puede ser un factor limitante. Fujifilm habrá tenido sus razones para prescindir de ella, seguramente priorizando el tamaño y el peso, pero es algo que debemos tener en cuenta.

A pesar de esto, la GFX100RF viene cargada de detalles interesantes. Tenemos un dial de relación de aspecto para cambiar entre nueve formatos diferentes, un filtro ND de cuatro pasos integrado (el primero en la serie GFX) para esos momentos en los que la luz nos quiere jugar una mala pasada, una pantalla LCD táctil de alta resolución y un visor electrónico OLED.

Entonces, ¿a quién va dirigida esta nueva criatura de Fujifilm? Parece claro que buscan un público que valore la máxima calidad de imagen en un formato más manejable y con una filosofía de uso más directa y quizás menos "intercambiable" que otras GFX. Podríamos decir que es la respuesta de Fujifilm a la Leica Q3, una cámara que también apuesta por un sensor de gran tamaño y un objetivo fijo de alta calidad.

En definitiva, la Fujifilm GFX100RF es una propuesta arriesgada pero muy interesante. Fusiona lo mejor de dos mundos: la calidad del formato medio con la filosofía de diseño y la portabilidad de la serie X100. Si eres de los que priorizan la calidad de imagen por encima de la versatilidad de los objetivos intercambiables y buscas una cámara con un toque de estilo innegable, esta Fujifilm podría ser tu próxima compañera de aventuras fotográficas.