Elon Musk
Quién es Elon Musk: historia, logros, fortuna, polémicas y vida personal del genio de Tesla y SpaceX
Un recorrido por la vida del empresario en el que sus capacidades de soñar y concretar sus visiones le han aupado al papel relevante actual, aunque no exento de polémicas, así como a ser el hombre más rico del mundo
En un mundo que avanza a un ritmo vertiginoso, pocas figuras han logrado redefinir el futuro como lo ha hecho Elon Musk. Desde su infancia en Sudáfrica, donde dio las primeras muestras de su facilidad mental en materia de tecnología e innovación, hasta convertirse en el hombre detrás de algunas de las empresas más revolucionarias del siglo XXI, Musk ha sido un visionario imparable.
Fundador de SpaceX, Tesla, Neuralink y The Boring Company, y actor principal en lo que terminaría siendo Paypal así como en los primeros pasos de OpenAI, su biografía es una mezcla de audacia, perseverancia y, no en pocas ocasiones, controversia. Todo ello hasta llegar a ser el hombre más rico del mundo con una fortuna de trescientos cuarenta y dos mil millones de dólares en abril de 2025, según la revista Forbes.
Tal vez este último punto sea el que hace que el nombre de Elon Musk esté de forma recurrente ocupando espacios informativos, y puede que de una forma injusta esa deriva que ha tomado su recorrido al apostar buena parte de su reputación a la vida política empañe unos logros que merecen atención y reconocimiento.
Y es que detrás de sus metas se esconde una historia llena de desafíos imposibles, apuestas que muy pocas cabezas frías y calculadoras llevarían a cabo, sueños desmesurados con un horizonte que tal vez no lleguen a ver sus ojos y una capacidad reservada para aquellos que son capaces de imaginar ante lo intangible.
Los orígenes de Elon Musk: de Sudáfrica a Canadá
De padre sudafricano blanco y madre canadiense, Elon Musk nació y se crió en el seno de una familia acomodada en Pretoria, una de las tres capitales de Sudáfrica. Las aptitudes del joven Musk con la tecnología y la informática quedaron de manifiesto desde bien temprano, puesto que cuando tan solo tenía doce años fue capaz de programar un videojuego cuando otros niños apenas sabían lo que era un ordenador.
Con 17 años, Musk dejó atrás Sudáfrica para evitar la entrada en el servicio militar. Por aquel entonces, 1986, la situación geopolítica con el apartheid sudafricano no era el mejor escenario para un joven como Musk, que puso rumbo al país natal de su madre, la modelo canadiense Maye Musk.
Una vez que llegó a Canadá, retomó sus estudios en la Universidad de Queens, en Ontario, y de allí trasladó su expediente académico a la Universidad de Pensilvania dos años después, en la que se graduó en Economía y en Física.
El viaje a Estados Unidos
La mente inquieta de Elon Musk demostraba su potencial tanto en su faceta personal como en la académica y buena muestra de ello la dio al abandonar sus estudios en la Universidad de Stanford, California, para arrancar una carrera empresarial que llega hasta hoy en día.
Musk había comenzado un programa de Doctorado en Física en Stanford, pero muy pronto vio que más estudios no le iban a permitir avanzar en la dirección que quería cuando ya se encontraba en el epicentro de la industria tecnológica: Silicon Valley.
Zip2, primera venta millonaria de Elon Musk
El ambiente que se respiraba en la Bahía de San Francisco contagió a Elon Musk, quien junto a su hermano Kimbal y en plena eclosión de Internet, decidió crear su primera empresa: Zip2. Se trataba de un directorio empresarial, un recurso al que acudir para consultar en la red la ubicación de un negocio o establecimiento.
Esto que hoy en día puede resultar algo simple y obvio, no lo era ni mucho menos a mediados de la década de los noventa y los hermanos Musk supieron anticiparse a los tiempos. Tal vez ni siquiera el propio Elon Musk pudiera imaginar el camino que se abría con ese primer paso, pero queda claro que la inquietud movía sus engranajes mentales.
Conforme Zip2 iba creciendo, los hermanos Musk vieron que necesitaban más manos y más mentes para continuar con su desarrollo. En ese punto optaron por contratar a ingenieros que ayudaran en el paulatino desarrollo del directorio hasta que en el año 1999 se produjo el evento que lo cambiaría todo: una oferta millonaria para la adquisición de Zip2.
Elon Musk y su hermano Kimbal cerraron la venta de su startup por un valor de 307 millones de dólares en el año 1999. El comprador fue Compaq, una empresa tecnológica que ya por aquel entonces atravesaba una situación compleja y que buscaba en apuestas arriesgadas un anclaje con el que mantener el pulso del avance en el mundo de la informática.
Zip2 solo fue un primer paso para Elon Musk
Hay quien puede pensar que con un origen en una familia adinerada y con una venta millonaria como la de Zip2 Elon Musk bien podría haber optado por un retiro temprano. Pero como hemos indicado, la mente del empresario no vio aquella venta como un fin, sino como un medio que le permitiera seguir avanzando.
Elon Musk tenía un horizonte que era el de facilitar la vida de las personas lo máximo posible, el de poder viajar al espacio exterior, el de hacer posible un futuro incluso en situaciones adversas para la tierra y el de un modo de vida más sostenible.
En esa dirección seguiría avanzando, pero antes tenía que dar otros pasos que le permitieran crecer a nivel financiero ante retos que iban a requerir de una suma importante de millones.
La venta de Zip2 le sirvió a Elon Musk para tener un músculo económico con el que iniciar el que sería la segunda de sus grandes aplicaciones. Estamos hablando de comienzos del año 2000 y el auge de las punto com movía los cimientos tecnológicos. En esa vorágine, Elon Musk tuvo una idea: conectar el servicio de la red de Internet con el sistema económico.
Red y finanzas, segundo escenario ganador y nuevo logro para Musk
El dinero obtenido con la venta de Zip2 fue casi de forma inmediata destinado a la creación de una compañía emergente de proceso de pagos en línea y actividades relacionadas con la banca llamada X.com. Con ella en marcha, Elon Musk estableció lazos profesionales con Peter Thiel, quien a su vez había fundado una startup de pagos conocida como Confinity.
Viendo que se trataba de dos compañías que podían ser complementarias, Musk y Thiel decidieron unir fuerzas con una fusión en marzo del año 2000 que dio como resultado una compañía cuya evolución ha llegado hasta nuestros días bajo un nombre que es de sobra conocido para todos los usuarios de servicios de pagos en línea: Paypal.
El recorrido de Elon Musk en esa empresa financiera salida de la fusión de X.com y Confinity no fue un camino de rosas, pero al menos sí tuvo un final feliz para el magnate. Musk había visto cómo la junta directiva de la compañía decidía prescindir de sus servicios a sus espaldas, otorgando el cargo de director ejecutivo a Thiel.
Problemas internos, pero balance final positivo para Elon Musk
Elon Musk quedó relegado en la compañía a asesor consultivo. Esas rencillas internas no le hicieron perder visión acerca del potencial de Paypal y siguió realizando inversiones en ella y fue capaz de hacerse con más acciones.
El desenlace al menos sí sonrió al empresario de origen sudafricano, puesto que cuando Ebay compró Paypal por 1.500 millones de dólares en 2002 Musk recibió la nada desdeñable cifra de 180 millones de dólares con la que seguir avanzando en el camino de la innovación y de desarrollo de esas ideas que sobrevolaban su mente sin descanso.
A partir de ese año 2002, Elon Musk fue consciente de que no podía recorrer el camino que había trazado yendo de un proyecto a otro, sino que debía buscar el modo de ejecutar en el mismo espacio de tiempo tantos procesos empresariales como le fuera posible.
SpaceX y Tesla, concepciones adelantadas a su tiempo
Y ahí surgieron dos de las compañías con las que hoy en día sigue teniendo el protagonismo tecnológico y empresarial que se aventuraba ya en el comienzo del nuevo siglo: la compañía aeroespacial SpaceX y la automovilística Tesla.
Ambas compañías, SpaceX y Tesla, tienen un origen complicado de comprender en su concepción inicial: la primera buscaba poner en el horizonte un punto que, para aquel momento, recordamos, 2002, resultaba casi ilógico: poder viajar hasta Marte y operar como una empresa que ofreciera de forma privada viajes espaciales.
Tras la idea de los viajes espaciales de Elon Musk se esconde algunos de los temores más profundos del científico que lleva dentro, y así lo ha manifestado él mismo en varias ocasiones:
“Un asteroide o un supervolcán podría destruirnos, y nos enfrentamos a riesgos que los dinosaurios jamás vieron: un virus manufacturado, la creación involuntaria de un mini agujero negro, cambios climáticos catastróficos o alguna tecnología que aún no conocemos podría ser el fin de lo que conocemos. La humanidad ha evolucionado por millones de años, pero en los últimos sesenta años nuestro armamento nuclear ha traído consigo la posibilidad de extinguirnos a nosotros mismos. Tarde o temprano, debemos expandir nuestras vidas más allá de esta bola verde y azul o nos extinguiremos”
El Elon Musk más tenaz se abre camino demostrando su visión
Leer esto hoy en día puede no resultar tan impactante como podía serlo en el inicio de los dos mil, o cuando el Elon Musk más soñador expusiera sus ideas ante el resto del equipo de SpaceX. Aunque la compañía de Elon Musk ha realizado avances significativos y ha logrado ciertos hitos en el mundo de los viajes espaciales, es justo reconocer que todavía parece lejano el momento de alcanzar el objetivo final del multimillonario. Pero aún con todo, el recorrido y las etapas cubiertas convierten a SpaceX en un emblema en el terreno de las compañías espaciales privadas.
Con las naves Falcon 1 y Falcon 9 además de con la cápsula Dragon han logrado realizar con éxito varios viajes espaciales, llegando incluso a sustituir al Transbordador Espacial tras el contrato firmado a finales de 2008 con la NASA por un valor de 1.600 millones de dólares. Dicho contrato contemplaba la realización de doce viajes hasta la Estación Espacial Internacional del Falcon 9 con la misión de transportar material necesario en la estación.
Starlink y la llegada de internet a todo el planeta
Dentro de SpaceX, Elon Musk concibió otra de esas ideas en principio imposibles de ejecutar pero que a día de hoy ya tiene su uso instaurado: Starlink. Se trata de una red satelital con la que ofrece servicio de internet de banda ancha a nivel mundial, buscando llegar con ella a zonas en las que la infraestructura de red convencional no había logrado dar cobertura.
La red de satélites con la que Starlink da cobertura empezó su despliegue en el año 2019 y hasta finales de 2021 había desplegado cerca de 2.000. Con Starlink Elon Musk demostraba una vez más esa capacidad de imaginar un servicio (y un negocio) donde otros solo verían un imposible.
Con Tesla ocurre algo similar. Hoy en día estamos cada vez más acostumbrados a escuchar hablar de energías sostenibles, fuentes renovables, necesidad de cuidar el medio ambiente y abandonar los combustibles fósiles. Pero en esto también Elon Musk fue un precursor.
Según avanzaba el milenio, Musk tuvo la visión de concebir y desarrollar un tipo de vehículo que aprovechara la tecnología de las baterías de iones de litio para conseguir una autonomía mucho mayor de la lograda por cualquier otro vehículo eléctrico que hubiera sido creado hasta aquel entonces.
El dinero es un medio, nunca un fin para Musk
Con la venta de Paypal, como hemos comentado, Elon Musk ganó ciento ochenta millones de dólares después de impuestos. De la cantidad obtenida y con ideas pioneras y que requerían de una gran inyección económica rondando su mente, Musk hizo un reparto de esos beneficios.
La mayor partida, cien millones de dólares, la destinó a fundar SpaceX. Setenta millones de dólares fueron para su entrada en Tesla, Inc. y diez millones de dólares a SolarCity, empresa subsidiaria de Tesla especializada en energía solar.
La historia de Elon Musk y quien es hoy en día, así como su patrimonio, no se conciben sin lo que ha logrado con y gracias a Tesla. El recorrido con la empresa de automóviles eléctricos comenzó para Elon Musk en 2003.
En sus primeros pasos, Musk se asoció con Martin Eberhard y Marc Tarpenning para fundar Tesla Motors. La concepción de la compañía era clara: lograr un coche con aspecto deportivo, pero con algo diferencial: un motor eléctrico. Es precisamente el hecho de querer dotar de un corazón que funcionase con electricidad lo que llevó a Elon Musk a bautizar a su compañía con el apellido del célebre inventor Nikola Tesla.
Los complejos primeros pasos de Tesla
Durante los primeros años de vida de Tesla, Elon Musk tuvo que ir haciendo inversiones millonarias para dar viabilidad a los proyectos de la compañía. En esa primera etapa el retorno económico no era para nada favorable y de hecho la crisis financiera de 2008 estuvo a punto de llevarse por delante tanto a la compañía como el sueño de Musk.
Hay datos que puestos sobre la mesa reflejan a las claras las dificultades pasadas por Tesla en aquella época: de su único modelo hasta 2012, el Tesla Roadster, solo se vendieron 2.100 unidades a un precio que rondaba los cien mil dólares y tras una inversión cercana a los 140 millones de dólares.
Lejos de rendirse, Elon Musk creía en su idea y en el fabricante de automóviles que había erigido y optó por cambiar ligeramente el mercado al que dirigirse. Con ello, pasó de un vehículo con un aspecto predominantemente deportivo a un coche con cinco puertas en el que, pese a conservar ese punto deportivo, el equilibrio con la versatilidad estuviera más presente. Ese fue el germen del Tesla Model S.
Por supuesto la idea de base seguía intacta: un motor eléctrico que se pudiera cargar en toda la red de cargadores rápidos (Superchargers) que Tesla tenía instalada y que se podía consultar desde el propio software del vehículo.
Los modelos que lo cambiarían todo para Elon Musk
Tras el Model S, llegaría el Model X, un vehículo en el que la principal innovación estaba en el apartado estético, ya que contaba con puertas que simulaban ser las alas de un ave con su apertura hacia arriba. Tras ellos, en 2016, vio la luz el Tesla Model 3 que fue la confirmación del éxito de Tesla, convirtiéndose en el coche de lujo más vendido en Estados Unidos en el año 2018.
Este hito se le quedó rápido pequeño ya que, un año después, 2019, el Model 3 fue capaz de escalar a lo más alto de la lista de vehículos eléctricos más vendidos del mundo. Desde principios de 2020, el Model 3 se convirtió en el coche eléctrico más vendido de la historia dando con ello el impulso definitivo al sueño de Elon Musk y también a su fortuna.
A la apuesta por un vehículo eléctrico Elon Musk le sumó desde 2014 la idea de contar con un sistema de conducción que permitiera cierta autonomía a sus vehículos, llamado Autopilot. Aunque con resultados polémicos, se trataba de una tecnología en la que también Tesla se situó en la vanguardia. El Model Y o el Tesla Cybertruck serían los futuros modelos de la compañía.
El crecimiento de Tesla se produjo al mismo ritmo que crecía el número de acciones que Elon Musk poseía de la compañía y que en la actualidad se sitúan en el 13% de la participación de la misma. Esta cifra es todavía muy considerable, en especial si tenemos en cuenta que a finales de 2022 Elon Musk vendió acciones de Tesla de su propiedad por valor de más de tres mil quinientos millones de dólares.
Diversificar las áreas de negocio
Si algo tenía claro Elon Musk tras sus primeros pasos, era la necesidad de abrir todas las vías de negocio que sobrevolaban su mente. Así, en 2016 y mientras estaba inmerso de lleno en su trabajo en el área de desarrollo en las fábricas de Tesla, participó en los primeros pasos de OpenAI, de la que salió en 2018, y fundó Neuralink y The Boring Company.
Como sucedía con todos sus proyectos, ambos se vieron en su germen, y todavía hoy en día, como una muestra más de la osadía de Elon Musk. Neuralink busca desarrollar interfaces telepáticas con máquinas mientras que The Boring Company se centra en el mundo de las infraestructuras y la excavación de túneles con el fin de aliviar el tráfico en las grandes ciudades.
Por supuesto de ambas compañías posee Elon Musk el paquete mayoritario de acciones y en ninguna de ellas ha dejado de invertir desde su creación, demostrando una vez más que la tenacidad y la confianza en sus propias ideas son máximas.
La compra de X (antes Twitter) y el inicio de la polémica
Elon Musk se hizo con la red social Twitter el 27 de octubre de 2022 por la histórica cifra de 44.000 millones de dólares y en julio de 2023 decidió rebautizar a la red social con el nombre de X, por el que es conocida hoy en día.
Como hemos visto a lo largo de la biografía de Elon Musk, la presencia de la letra X en los nombres de sus proyectos no es algo aleatorio, sino que tiene una base para el empresario. La adopción de esta letra puede tener su razón de ser en la idea misteriosa y futurista que conlleva la “X”, asociada a lo desconocido o a aquello que es una incógnita, así como a la exploración de nuevos paradigmas.
Desde la compra de la red social, Elon Musk se ha visto envuelto en innumerables polémicas por su verborrea irrefrenable y también por su bien sabida impunidad en dicha plataforma. Su lucha contra lo que considera cultura “woke” y el modo de enfrentarla le ha hecho crecer en enemigos y ha empujado a muchos usuarios a abandonar la red social X en busca de alternativas.
El posicionamiento político golpea el prestigio de Musk
Por si un solo frente desde el que buscar polémica no fuera suficiente, Elon Musk decidió tomar partido y posicionarse en las últimas elecciones de los Estados Unidos en favor del candidato republicano, el conservador Donald Trump.
Alineado con los ideales que ha defendido en los últimos tiempos Musk, Trump supo ver el calado del aliado que le surgía en unas elecciones muy reñidas y tomó a Elon Musk como una de las caras visibles de su campaña, prometiendo incluso un cargo en su ejecutiva para el empresario.
La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales catapultó a Elon Musk a la Casa Blanca, en la que se hizo cargo del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Trump le encargó realizar tantos recortes como fuera posible personal para reducir gastos al gobierno estadounidense, lo que, una vez más, ha jugado en contra del prestigio presente de Elon Musk.
Lo cierto es que el personaje parece haberse hecho con el empresario, quien se ha visto inmerso en situaciones comprometedoras como cuando a comienzos de este 2025 realizó un gesto en un mitin que se podía asemejar al saludo nazi y que se ha utilizado de forma reiterada para menoscabar su figura.
La participación de Musk en campañas políticas de figuras como Jair Bolsonaro, Javier Milei y Giorgia Meloni además de partidos como Alternativa para Alemania (AfD) han hecho un flaco favor a la reputación del magnate, que ahora parece querer centrarse de nuevo en sus empresas para frenar tanto las pérdidas en ellas como la de la caída de su popularidad.
Ajetreada vida personal: 14 hijos de cuatro relaciones
Si el plano político ha supuesto un terremoto en la vida de Elon Musk, no lo han sido menos sus relaciones personales. Dentro de una carrera empresarial tan prolífica y exitosa como la de Elon Musk parece que no se concibe el tiempo para las relaciones personales y lo cierto es que el multimillonario no ha perdido el tiempo en ese aspecto en las últimas dos décadas.
A pesar de su obsesión por el trabajo, Elon Musk, que se ha mostrado preocupado de forma pública por la natalidad a nivel mundial, ha sido capaz de establecer un árbol genealógico importante, con hijos nacidos de cuatro parejas diferentes: Vivian, Griffin, los trillizos Kai, Saxon, Damian, X Æ A-12 (no es un error tipográfico), Exa Dark Sideræl, Techno Mechanicus, los mellizos Strider y Azure, Arcadia nacida en febrero de 2024 y el último, Seldon Lycurgus.
A ellos habría que sumar a Nevada Alexander, su primer hijo y que falleció a las pocas semanas del nacimiento y una demanda de paternidad interpuesta por la activista Ashley St. Clair. La vida sentimental de Elon Musk no ha sido para nada tranquila y los vaivenes con sus parejas han sido constantes. Sonado fue su romance con la actriz Amber Heard o con la cantante Grimes, aunque la mayor estabilidad emocional la tuvo con Shivon Zilis, directora de operaciones en Neuralink.
Evolución y objetivos claros ante las dudas del mundo
Con todo ello tenemos una visión global de la historia de Elon Musk: un hombre con unos orígenes acomodados pero que, lejos de pretender conformarse con ellos, tuvo la capacidad mental de ir anticipando pasos a los tiempos que le tocaron vivir.
Con cada emprendimiento un reto y con él, un éxito que le permitió recorrer un camino complejo, pero en el que Elon Musk siempre pareció tener claro el horizonte: crecer, explorar, innovar y romper barreras.
Todo ello para asentar unas bases económicas y de conocimiento que le permitieran ser cada vez más valiente en sus ideas y en la ejecución de las mismas, hasta lograr convertirse en el hombre más rico del mundo con una fortuna según la revista Forbes de 342.000 millones de dólares a pesar de los diferentes escenarios y crisis sobre las que ha tenido que saber mantener el equilibrio para no perder el foco de sus metas.