Coronavirus
Mamparas para luchar contra el coronavirus
Un empresario asturiano dedica sus esfuerzos a fabricar estos elementos imprescindibles para que algunas empresas continúen con su trabajo esencial y bajo más seguridad
Estos días durante la cuarentena se ha ido instalando en nuestra vida un valioso aliado contra el COVID-19 de manera invisible, pero a todas luces imprescindible. Las empresas que siguen abiertas para seguir dando servicio, como alimentación, farmacias y bancos, han querido añadir un plus por la seguridad de los trabajadores y de los propios clientes y han comenzado hace algunas semanas a colocar mamparas de protección.
“Primero me pidieron algunas unidades desde oficinas de la Caja Rural de Asturias y para un Hospital de Murcia”, cuenta a LA RAZÓN Pablo Lence Pérez, empresario de 40 años dueño de Sintek, empresa de creación de imagen radicada a las afueras de Oviedo. Su empresa interpretó la importancia de la protección y ha enfocado todos sus esfuerzos y trabajadores en realizar más de 1250 unidades que distribuye a quién se las pide. Lence nos explica que estas piezas “están fabricadas principalmente con metacrilato transparente de 5mm y los apoyos para los mostradores son de acero inoxidable”, aunque cada cliente especifica sus necesidades que luego Sintek realiza. Cada pieza lleva aproximadamente 15 minutos hasta estar terminada y luego está el proceso de instalación: “Se automatizan con maquinaria especializada y logramos reducir los tiempos y entregar a la mayor brevedad”, factor importante en este punto de la pandemia estatal.
Los clientes de esta empresa asturiana son principalmente cajas y bancos, supermercados y muchas farmacias, y aunque de momento se centraliza en las necesidades del Principado, Pablo matiza que “enviamos un prototipo a latinoamérica para comenzar a exportar de forma urgente”. El precio depende de la empresa, ya que hay varias dedicadas al mismo componente, pero ronda los 60 euros. Sintek cuenta actualmente con 13 empleados dedicados a fabricar y colocar mamparas y, contra todo pronóstico y en un momento plagado de ERTES por toda nuestra geografía, el empresario nos anuncia que “he contratado una persona más esta semana y si hay nuevos pedidos contrataré a 2 más. Y a pesar de que la automatización permite que con solo dos empleados se puedan fabricar muchas unidades, la instalación es más complicada; trabajo con 3 equipos de dos personas”.
La situación de control por la pandemia hace que sus operarios tengan que viajar para instalar sus mamparas. “Aparte se hacen envíos en 24 h-, la instalación es muy sencilla. Lleva adhesivo para el mostrador. Cuando acabe esta situación se puede desmontar de forma sencilla, dejando los mostradores como antes”. Según el empresario "se viaja, en la medida de lo posible, solos en cada vehículo. Y por supuesto todos con guantes de látex, más guantes de seguridad y mascarilla. Cuando son mamparas de gran tamaño van dos en el vehículo. Todos sus trabajadores poseen permiso para desplazarse, y aunque ya les han parado los agentes de la ley, la justificación y la importancia de su trabajo habla por sí sola.
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