Ciencia y Tecnología
La «otra» nube cambia la previsión del tiempo
Varios proyectos emplean el aprendizaje automático, internet de las cosas y el almacenamiento de datos externo para afinar al máximo las previsiones meteorológicas
¿Lloverá mañana? El ser humano lleva siglos haciéndose esta pregunta y recurriendo a todo tipo de augurios para responderla, aunque con desigual fortuna, ya sea por la incapacidad para predecir desastres como el de las riadas de Mallorca o para hacer lo más concretas posibles predicciones como las del huracán Leslie.
Lo cierto es que, pese a la creencia popular de que “el hombre del tiempo” no da una, las previsiones meteorológicas han afinado tanto que en muchas ocasiones son capaces de predecir el momento exacto en el que caerán las primeras gotas.
La clave para acertar aún más está, aunque suene a chiste fácil, en la nube, y no precisamente en la responsable de ocultar el sol, sino en la que permite albergar cada vez más información de nuestras computadoras.
Para hacer un estudio exacto de todas las variables que determinan el clima (temperatura, humedad, presión, viento y precipitaciones) es necesario un poder de procesamiento que excede a la capacidad física de la mayoría de los ordenadores, por lo que solo unas pocas empresas podían liderar la investigación en este campo. Trasladar esta información a la nube cambia radicalmente el escenario y abre la puerta a nueva vertiente: vincular las ventas o la marcha de un negocio a los caprichos del clima.
Un ejemplo es el que recoge el blog de Microsoft sobre la actividad de la empresa AccuWeather, que cruza los datos de negocio de un cliente con una completa base de datos del clima. De esta manera, se comprueba cómo un negocio sube o baja sus ventas en un local o en una región entera en función de la lluvia, la nieve o el viento. Y puede, si hay una acertada previsión, tomar las mejores decisiones en cada momento.
“Con la conectividad de Internet de las Cosas (IoT), ahora es posible obtener datos precisos de patrones de clima a nivel de calle”, destacan los expertos de Microsoft. Un ejemplo de ello es Fathym, queutiliza esta capacidad para proporcionar a autoridades públicas y privadas de Alaska un paquete de tecnología vinculado al tiempo. “Los vehículos montados con sensores recolectan datos del camino que se sincronizan con los pronósticos del clima –explica el blog de Microsoft-. En los tableros personalizados, los usuarios pueden ver las condiciones actuales del camino y establecer alertas acerca de condiciones peligrosas de manejo basadas en los datos que llegan. Los funcionarios de transporte pueden asignar la cantidad adecuada de recursos del camino, descongeladores o barredoras de nieve en el momento adecuado”.
El aprendizaje automático
El tercer pilar de este cambio de concepto en la información del tiempo es el del aprendizaje automático, que explota al máximo AccuWeather para descubrir nuevos patrones en datos, para entregar datos del clima que podrían salvar vidas o para precisar al máximo las previsiones.
En este sentido, AccuWeather ha lanzado un producto de analítica basado en la nube D3 Express, que informa a los clientes, desde agricultores a minoristas, cualquier imprevisto en el clima, lo que ayuda a minimizar pérdidas.
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