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El móvil o la vida

La información que guardan nuestros teléfonos vale más que el propio dispositivo. ¿Qué pueden hacer con ella los amigos de lo ajeno?

Datos bancarios, nombres de familiares, facturas de las vacaciones... la información de un móvil no tiene precio
Datos bancarios, nombres de familiares, facturas de las vacaciones... la información de un móvil no tiene preciolarazon

La información que guardan nuestros teléfonos vale más que el propio dispositivo. ¿Qué pueden hacer con ella los amigos de lo ajeno?

Hemos llegado a un momento tecnológico en el que vale más la información dentro de un dispositivo portátil que el propio dispositivo. Fotos, contactos, agenda, contraseñas y hasta sistemas de pagos. Todo eso y más guardamos en el teléfono. No es extraño entonces que en breve comiencen a proliferar los amigos de lo ajeno que chantajeen al propietario para devolverle el móvil a cambio de dinero. O al menos la información que contiene. Es muy sencillo. Basta hacerse con la clave de desbloqueo y luego volcar la información en la nube con nombre y cuenta de correos falsa. Luego el teléfono se reinicia con la configuración de fábrica y el «caco» ya tiene el móvil y el dinero.

De acuerdo con el Observatorio Nacional de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI), menos de un 10% de los usuarios utiliza un software de cifrado en su terminal móvil para evitar que la información que contiene sea accesible por terceros en caso de pérdida o robo. Y esto es más grave de lo que pensamos.

Supongamos que tenemos la previsión de realizar copias de seguridad de nuestros contactos, las fotos y demás datos que consideremos importantes. El robo no parece tan grave entonces, ¿verdad? Error. Una vez dentro del teléfono, el ladrón puede tener acceso a nuestras aplicaciones. Aquellas que permiten pagar con el dispositivo, Samsung Pay o Apple Pay, se pueden bloquear. Pero ¿qué ocurre con las redes sociales o los correos electrónicos? Que levante la mano quien no haya realizado compras por internet para recibir un correo con acceso a los datos personales. O más sencillo aún: ¿quién no ha revelado información importante de su dirección en Facebook? Basta poner en el buscador de correo electrónico la palabra «DNI» para que aparezca nuestro número. Quienes tengan nuestro móvil, abriendo sencillamente la aplicación pueden saber dónde vivimos, cuantos son los miembros de la familia –leyendo los mensajes–, dónde nos alojamos si estamos de vacaciones –un correo confirmando fechas, un whatsapp con la foto del hotel, etc–, el banco con el que operamos y hasta nuestro saldo. Y, si no somos rápidos en reaccionar y denunciar el robo, retirar nuestro dinero o enviarlo a diferentes cuentas.

El acceso a redes sociales y sistemas de mensajería instantánea también les habilita para conocer secretos poco favorables. Lo mismo en lo que respecta a nuestro historias de búsqueda en la red. Dependiendo de si tenemos activada la localización por GPS en algunas aplicaciones –como las de ejercicio físico–, también es posible saber nuestras rutinas diarias y por qué zonas solemos estar.

¿Para qué quieren tu DNI? Más allá de contactar con un banco o cambiar configuraciones de ciertos servicios, les permite anular denuncias a la compañía asegurando que el móvil ha sido robado. No será por mucho tiempo, pero lo suficiente como para hacer un descalabro de nuestro vida.

Para evitar que todo esto se sepa y/o perdamos información muy importante, es necesario tomarse apenas diez minutos, un tiempo que hará que los cacos lo tengan más difícil. Primero, la mayoría de los dispositivos actuales ya cuentan con un sistema doble de autenticación, ya sea un patrón o dibujo, y la huella, una clave y el iris o reconocimiento facial, etc. Es un engorro activar el móvil con dos sistemas y parece una pérdida de tiempo. Pero no sólo tiene el beneficio de la seguridad: para los fanáticos del teléfono que miran compulsivamente la pantalla supondrá un descanso, ya que controlar por novena vez que el mensaje ha sido leído no tiene sentido.

Imprescindible activar la aplicación de bloqueo a distancia. Todos los sistemas operativos la tienen: «mi iPhone» en iOS, «Device Manager» en Android y «Encuentra mi teléfono» en Windows Phone. Así es posible localizar el dispositivo y enviarle un mensaje a quien lo tenga. Y así llegar a un eventual trato. Si esto demuestra ser inútil, las mismas herramientas nos permiten bloquear el móvil por completo.

Finalmente denunciar a la compañía el robo para que bloqueen el acceso del teléfono a la red. Esto se hace dando nuestros datos y el número IMEI –el DNI del teléfono, por así decirlo, disponible pulsando #06#–.