Tecnología

Walkman: 40 años con la música a todas partes

Sony ideó el primer dispositivo para poder escuchar música por la calle, una experiencia totalmente nueva en los 80. Su estela ha dejado una marca imborrable en la tecnología actual.

Walkman: 40 años con la música a todas partes
Walkman: 40 años con la música a todas parteslarazon

Sony ideó el primer dispositivo para poder escuchar música por la calle, una experiencia totalmente nueva en los 80. Su estela ha dejado una marca imborrable en la tecnología actual.

Hoy en día, creemos que llevar la música a cuestas es algo que siempre existió. Contamos con cascos inalámbricos, conexión bluetooth, MP3 casi invisibles, relojes capaces de reproducir música y cascos sumergibles. Pero cuatro décadas atrás la realidad era muy distinta. El bluetooth nació en 1989, aunque no fue hasta 12 años después cuando llegó a los teléfonos móviles con el Nokia T39. El MP3 comenzó a hacerse popular en 1995. La música portátil no era ubicua hasta entonces. Pero todos estos avances comenzaron en 1979 debido al amor por la ópera.

Cuarenta años atrás, el cofundador de Sony, Masaru Ibuka, le pidió al entonces jefe de diseño de la compañía, Norio Ohga, un dispositivo para poder llevarlo en el bolsillo y escuchar ópera en sus viajes sin molestar a otros pasajeros. En pocos meses Ohga le entregó un prototipo que se convirtió en el TPS-L2, el primer Walkman de la historia. Originalmente, se introdujo en los EE. UU. como Sound-About y en Gran Bretaña como Stowaway, pero surgieron nuevos nombres sin derechos de autor en todos los países en los que se comercializó y resultó ser costoso registrar tantos diferentes. Finalmente se decantaron por Walkman, ya que Ohga lo presentó como un dispositivo perfecto para llevar la música mientras se caminaba («walk», en inglés, significa caminar). Como ocurre con muchos productos nuevos, fue un éxito que ni Sony se esperaba. La casa japonesa lo lanzó a la venta el 1 de julio de 1979, con la esperanza de vender 5.000 el primer mes. En septiembre ya habían despachado más de 50.000 y en total se han repartido más de 400 millones de reproductores Walkman, de los cuales 200 millones son reproductores de cinta. El resto son de mini disc, CD y MP3. Estas cifras y la popularidad de otros dispositivos de Aiwa, Panasonic, Phillips y Toshiba no solo llevaron la palabra Walkman al Oxford Dictionary (el equivalente en la lengua de Shakespeare a la RAE), sino que también vieron cómo la cinta reemplazaba a los discos de vinilo en aceptación. En 2010, le llegó el final a la clásica línea de cinta de Walkman. Hoy los Walkman originales se han convertido en un objeto «techtage», es decir, tecnológico, pero «vintage».

En la actualidad, cuando basta pulsar un botón para cambiar de canción, de álbum, para subir o bajar el volumen, y hay hasta dispositivos sumergibles, es bueno recordar al Walkman. Quienes lo usamos, aprendimos el arte de la paciencia, a menudo descubrimos canciones desconocidas gracias a la imposibilidad de pasar de largo y sufrimos los primeros síndromes de abstinencia tecnológica de la historia, cuando a las tres horas, aproximadamente, se acaba la batería.

Miniaturizar la tecnología

El Walkman fue el inicio de la exploración portátil: con este dispositivo se desarrollaron técnicas y sistemas para miniaturizar la ingeniería, los circuitos eléctricos y los mecanismos, siempre dependiendo del tamaño de las cintas. La calidad de reproducción también comenzó a analizarse desde otro punto de vista, ya que el sonido no se «perdía», como ocurre con los altavoces, sino que iba directo al oído. Esto mismo propició una notable evolución en la ingeniería de los cascos que debían responder a una demanda de mayor fidelidad, volúmenes más altos y diseños más ergonómicos. La llegada del CD primero y del Mini Disc más tarde fue la semilla para que se contemplaran otros diseños y formatos (imaginen si esa misma evolución se hubiera producido en los smartphones). Esto fue lo que capacitó a los ingenieros y diseñadores a crear productos más pequeños y mejor conectados cuando la tecnología bluetooth se hizo popular. En ese momento, al ya no depender de un formato de reproducción –como la cinta, el mini disc o el CD–, toda la ingeniería se redujo a la mínima expresión posible y nacieron los cascos con MP3 incluidos.

Hoy, la conectividad que antes seguía solo una vía de salida del dispositivo ha comenzado a ser de ida y vuelta, y los cascos que antes solo reproducían, también envían ahora mensajes a otros dispositivos (como Alexa o Siri) y nos permiten trascender los límites pasando de caminar a volar.