Comercio electrónico
«Yo no compré eso» y otras mentiras en internet
El conocido como «fraude amistoso» causa muchos perjuicios a los comercios electrónicos
La tentación es tan grande que muchos caen en ella, confiados en que, en la jungla del comercio en internet, entre tantas y tantas empresas que venden y usuarios que compran, nadie se fijará en ese pequeño hurto que, comparado con los timadores profesionales, no hace mucho daño. Pero no por ello deja de ser un delito.
Los expertos lo llaman “fraude amistoso”. Y a sus autores, los “pícaros 3.0”. Y no es más que el intento de engañar a una tienda online para no pagar un producto que se acaba de comprar. En teoría, basta con presentar una queja con argumentos como “el producto jamás llegó a mi casa”, “yo no he comprado ese artículo” o “no reconozco esa orden de pago como mía”.
A continuación, se efectúa una reclamación al banco para que le sea devuelto el importe de la transacción sin que exista una causa justificable. En el momento en el que la entidad bancaria acepta la reclamación, si la empresa quiere recuperar el pago tendrá que demostrar con evidencias sólidas que la compra fue verídica, explican en el IMF Business School.
Para los comercios, reclamar un cargo de pequeño importe puede no resultar rentable -y en ello confían los modernos pícaros- pero la suma de estos robos sí resulta onerosa. De hecho, según el Consejo Económico y Social (CES), los eCommerce en España pierden más de 100 millones de euros por fraude de los consumidores, una parte de los cuales se van en este tipo de engaños por parte de los usuarios de internet.
Tal y como recuerdan en el IMF Business School, por debajo de los delitos que más alarma generan a estas empresas, y que más energías les consumen (suplantación de identidad, malware) se encuentra este otro goteo de hurtos para el que no siempre tienen un antídoto. Entre otras medidas, recuerdan que los ecommerces pueden presentar como evidencia el intercambio de correos con el comprador, eso sí, siempre y cuando pueda acreditarse su autenticidad.
El otro consejo es, por supuesto, dar a cada uno de estos hurtos el seguimiento que merece, con el evidente efecto disuasorio que tiene. Y, por último, confiar en los cada vez más demandados expertos en ciberseguridad.
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