La secta asesina de «la novia de Cristo»

El 10 de enero de 2004 la pequeña población sueca de Knutby, de poco más de 500 habitantes, se despertó de madrugada con el sonido de varios disparos. La muerte de una joven de 23 años y las heridas a otro habitante por arma de fuego conmocionaron primero al país y luego al mundo. Lo que en principio apuntaba a un robo o un hecho aislado, cambió radicalmente con la investigación y reveló la verdad subyacente: la existencia de una congregación pentecostal de algo más de 100 miembros controlaba la vida y la muerte en Knutby. HBO acaba de estrenar bajo demanda «Reza, obedece, Mata», una serie documental de cinco episodios en la que los periodistas de investigación Anton Berg y Martin Johnson intentan entender las incógnitas que aún permanecen en el asesinato de la joven Alexandra Fossmo en una «secta» comandada por «la novia de Cristo».

La propia estructura de filmación del documental ya vale la pena para quedarse atrapado en el sofá. Dirigida por Henrik Georgsson («The bridge») tiene todos los elementos del true crime en formato «nordic noir», en ambientación y presentación. Quizá ese sea el único problema, la extensión del tema en cinco capítulos cuando podría haberse resuelto en tres, característica que a veces perjudica las series de crímenes reales. También los personajes dan una idea de cómo de viciada estaba la sociedad del pueblo de Knutby: Helge Fossmo, pastor de la congregación, cuya primera mujer murió en la misma casa cuatro años antes en circunstancias extrañas, mantenía una extraña relación con la niñera de sus hijos, Sara Svensson, y con su vecina Annete Linde. Svensson atacó con un martillo a la mujer de Helge, Alexandra, dos meses antes de asesinarla de tres disparos en su cama y de herir al vecino y marido de Annete, Daniel Linde, siguiendo, según sus propias palabras, mandatos divinos transmitidos por SMS. Alexandra Fossmo era a su vez hermana de la líder de la congregación pentecostal, Asa Waldau, apodada «La novia de Cristo», que creía que Jesucristo regresaría a la Tierra para desposarse con ella, y a la que Helge sitúa detrás de los SMS.

Maltratos y vejaciones

A partir del testimonio de 2019 de Helge Fossmo durante un permiso carcelario, los periodistas construyen un argumento que intenta desvelar paso a paso qué llevó a una tranquila comunidad sueca a una fiesta que desembocó en un asesinato y, posteriormente, la disolución de la congregación que se descubre más como una secta basada en la obediencia, y en cuyo seno se cometieron maltratos, vejaciones, asignaciones obligadas de parejas y relaciones sexuales «justificadas». Los testimonios actuales de antiguos miembros de la congregación, de los policías que investigaron el caso de 2014 y el acceso a material clasificado que demuestra lo endeble del juicio previo, ponen de manifiesto los agujeros de un caso que aún no ha terminado. En la actualidad, Helge está a punto de conseguir la libertad provisional y Sara, la asesina confesa por mandato divino, vive en un pequeño pueblo de Suecia aislada del mundo mientras en su cerebro resuenan las palabras «sabes que es lo que tienes que hacer».