Obituario
Dolor en Eurovisión: fallece Helga Wéber a los 39 años
Aunque su rostro no siempre estuvo en primer plano, su voz fue fundamental en las actuaciones de Hungría en Eurovisión. La noticia conmociona al mundo eurofán
Helga Wéber no buscaba brillar en solitario, pero su luz era imposible de esconder. La noticia de su fallecimiento, a los 39 años tras una larga enfermedad, ha golpeado con fuerza a los amantes de Eurovisión y a todo el mundo musical que la conoció, aunque fuera de oídas. Su talento no necesitaba grandes focos: bastaba con escuchar para saber que allí había algo especial.
Para muchos, Helga era la voz detrás de las emociones que elevaron las actuaciones de Hungría en 2012 y 2013. Primero junto al grupo Compact Disco y después junto a ByeAlex, dos puestas en escena donde los matices y el calor de las voces de apoyo fueron cruciales. Su aportación, invisible para el gran público, era lo que daba cohesión, cuerpo y alma a unas canciones que sin ella no habrían sido las mismas.
El anuncio de su muerte lo hizo su marido, Gábor, a través de las redes sociales, con palabras que retratan a Helga mucho más allá de los escenarios: "Una mujer extraordinaria, con una personalidad luminosa, una sensibilidad profunda y un amor sin medida". Su testimonio recuerda que, detrás de cada nota que nos emociona, hay vidas reales, historias de lucha, de entrega y de pasión.
Los mensajes de despedida no tardaron en inundar foros y redes. Desde Reddit hasta los canales de fans de Eurovisión, la reacción fue unánime: reconocimiento y cariño. "Tenía la voz de un ángel", escribió un usuario. Otro resumía el sentimiento general: "Los coros a menudo pasan desapercibidos, pero Helga fue el alma de aquellas actuaciones".
Pese a su enfermedad, Helga no abandonó su pasión. Siguió cantando, participando en coros y manteniéndose activa hasta hace apenas unos meses. No hubo quejas públicas, ni dramas: solo música y una vida vivida con la misma generosidad con la que regalaba su voz.
Eurovisión, que a veces parece un espectáculo de luces, fue para Helga un acto de autenticidad. Y quienes saben mirar más allá del escaparate lo saben: los verdaderos pilares de esas noches inolvidables son voces como la suya, capaces de sostener la emoción cuando todo parece volar por los aires. Hoy, su eco sigue flotando en ese rincón íntimo donde guardamos los recuerdos que de verdad importan.