Debutante
Piqueras se estrena en "El Hormiguero" y explica por qué se fue: “El momento es cuando ya no eres el mismo”
El periodista visitó por primera vez “El Hormiguero” tras su despedida de Telecinco y sorprendió al público con reflexiones íntimas, humor inesperado y una canción de Serrat
Pedro Piqueras ya no necesita autocue, ni mesa de informativos, ni tensión de última hora. Lo demostró con naturalidad en su primera visita a “El Hormiguero”, donde se dejó ver como pocas veces: relajado, lúcido, irónico y —para sorpresa de todos— con guitarra en mano. Más de un año después de abandonar “Informativos Telecinco”, el periodista acudió al programa de Antena 3 para presentar su libro “Cuando ya nada es urgente”, un título que funciona como declaración de intenciones.
“No es una biografía”, aclaró Piqueras, “me utilizo a mí mismo para contar lo que he ido conociendo a lo largo de la vida”. Una vida marcada por décadas al frente del informativo, muchas de ellas en solitario: “Informativos es una soledad absoluta. Las cámaras son autónomas. Solo tienes al regidor. Me imaginaba siempre a alguien detrás, alguien a quien contarle las cosas”. En esa frase, condensó una de las realidades más poco contadas del directo.
Durante la entrevista, hubo espacio para anécdotas, reflexiones y también camaradería. Confesó que fue él mismo quien recomendó a Carlos Franganillo como su relevo, un gesto que habla de confianza y generosidad profesional: “Fueron mis jefes quienes me hicieron la propuesta en casa”. Y en una escena poco común en televisión, anticipó que presentará su libro junto a Franganillo y Vicente Vallés: “Fuimos rivales, pero se puede competir y ser amigos. Aunque Vicente no me perdonaba que ganara alguna vez, y yo a él tampoco”, bromeó.
En su repaso a décadas frente a la cámara, Piqueras también compartió cómo vivía las entrevistas a políticos, uno de los momentos más tensos del oficio. “Nunca he sido agresivo, pero tampoco complaciente”, explicó, reivindicando el papel del periodista como intermediario, no como activista. “Algunos venían con miedo, otros con soberbia, y tú estás ahí intentando que la audiencia entienda algo entre tanta estrategia”. No buscaba titulares, sino explicaciones. Y, aunque admite que hubo encuentros difíciles, asegura que nunca perdió de vista la responsabilidad de mantener el rigor incluso cuando el foco estaba más en la tensión que en la información.
Pero no todo fue nostalgia o solemnidad. La entrevista viró hacia el humor cuando Piqueras aceptó la petición de Pablo Motos de cantar, como en sus años de juventud. Sin dudarlo demasiado, se lanzó con “Don Guido”, de Joan Manuel Serrat, acompañado por su guitarra. “Hacía veinte años que no tocaba”, dijo tras el mini concierto. “Y dejé de componer porque hacía unas letras horribles”, añadió entre risas.
Piqueras también habló del proceso de dejar atrás su vida profesional. “Lo estuve pensando durante cuatro o cinco años”, reconoció. “Sabes que es el momento cuando ya no eres el mismo de antes, cuando se convierte en rutina, cuando es mejor irte tú que esperar a que te lo digan”. La decisión, aun siendo voluntaria, no fue sencilla: “No dormí esa noche. Te sientes raro, tienes que empezar otra vida, aunque lo hayas pedido tú. Pero empiezas a pensar en la posibilidad de volver a ser más tú”.
Ahora, entre libros, navegación a vela, piano y amistades recuperadas, Piqueras parece estar redescubriendo otras formas de estar en el mundo. Sin ruido, sin urgencias. Y con la certeza de haber dejado una huella profunda en la televisión que sí importaba. La que aún miraba a cámara sin perder el alma.