
Estreno
«Plur1bus»: la felicidad como la peor epidemia del ser humano
►Apple TV acaba de estrenar la nueva serie de Vince Gilligan, una historia de ciencia ficción protagonizada por Rhea Seehorn

Si una nueva historia de la mente de Vince Gilligan se transforma en serie de televisión, el espectador tiene que tener claro que no se parecerá en nada a cualquier ficción que haya visto antes, y que estará lleno de hilaridad de varios colores, alguna crítica oculta, un despliegue interpretativo y un final inesperado. De ahí el secretismo que ha acompañado a la promoción de «Pluribus», la serie que acaba de estrenar Apple TV del creador de «Breaking Bad» y «Better Call Saul». Afortunadamente para el lector y para el plumilla, son más las cosas que se pueden contar que las que no permite el embargo, y al ser una serie para disfrutar, nada de lo que un servidor les cuente aquí les distraerá de ese placer.
La trama la resume Apple TV en que «la persona más desgraciada de la Tierra debe salvar al mundo de la felicidad». Esa mujer es Carol Sturka (Rhea Seehorn) («¿es turca?»), una escritora de «best sellers» de esos llenos de chicas atrevidas y sensuales y hombres fuertes y románticos. Recorre el país junto a su representante Helen (Miriam Shor) de librería en librería con una sonrisa amplia junto a sus fanes. Pero la realidad es que tras esa fachada se encuentra una mujer pesimista con mucho carácter y esclava de su propio éxito. Sin embargo, una señal recibida en un observatorio astronómico procedente del espacio cambiará la vida de Carol y de todos los habitantes del planeta. Pronto la gente comienza a desmayarse, sufrir convulsiones y recuperarse (o no), pero totalmente cambiados. Desde ese momento, la protagonista pasará a formar parte del selecto grupo de una docena de personas repartidas por todo el globo que son inmunes a una nueva forma de vida que radica en la felicidad sin altercados y en un pensamiento unificado. Pronto en la vida de Carol aparecerá Zosia (Karolina Wydra), un clon de la heroína original de sus novelas que actuará de puente entre la nueva sociedad y la docena de «salvados», siendo la principal fuente de información de lo que está pasando. Completan el reparto Carlos-Manuel Vesga y la estrella invitada Samba Schutte.
La serie es sorpresiva de principio a fin. La premisa narrativa la explicó el propio Gilligan y surgió mientras rodaba «Better Call Saul»: se preguntó qué ocurriría si existiera una persona a quien «todo el mundo ama» y por la que «la gente haría cualquier cosa para hacerlo feliz». Y todo ello desemboca en un Alburquerque apocalíptico. Sin duda es el fin del mundo más extraño en la ficción al que haya asistido. Un mundo en paz y con la felicidad equilibrada no tiene por qué ser un mal punto de partida, pero eso también puede tener consecuencias negativas. Gilligan vuelve a disfrutar de una ficción de personajes en soledad relativa contra todo un mundo al que no le parece bien lo que hace. Los diálogos, llenos de humor negro y escandalosos exabruptos, no empañan la auténtica obra de arte que es disfrutar de los momentos cotidianos de los personajes. Los amantes del estilo del creador podrán disfrutar de lentos cafés y paseos, donde lo importante no es lo que hacen los personajes, sino cómo lo hacen.
También la mezcla de géneros hará que la cabeza del espectador explote y, tras un tranquilo armagedón, harán su aparición la comedia, los roadtrips y hasta el thriller. Cada capítulo es una aventura nueva, aunque la mayor parte siempre habla de la soledad de Carol. Increíble el trabajo realizado por Seehorn, para quien se escribió el papel de manera exclusiva. Sus silencios, sus miradas y hasta su pose corporal son de una maestría que marea. Todas las personalidades posibles se manifiestan en ella, empeñada en no conformarse «solo con la felicidad». Y por supuesto, ese ambiente de lo ambiguo, de lo burlesco, desesperanzador y cómico que empapa las producciones de Gilligan. El ser humano en su retrato más sombrío y al mismo tiempo más paradójico.
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