Declaraciones
El Padre Ángel se despide del Papa Francisco con Ana Rosa: "Era el Jesús de Nazaret de nuestro tiempo"
El sacerdote y filántropo español ha estado presente en el magacín matinal de Mediaset para despedir a su amigo, el Papa Francisco
Día triste para la Iglesia Católica tras conocerse que el Papa Francisco ha fallecido a los 88 años de edad tras no recuperarse de los problemas respiratorios sufridos durante más de un mes y que provocaron su hospitalización durante 38 días tras una neumonía bilateral en el Hospital Gemelli de Roma. En 'El programa de Ana Rosa' han entrevistado en directo al Padre Ángel, filántropo y sacerdote católico muy amigo del Papa Francisco que ha admitido que el legado que deja el soberano del Estado del Vaticano es "muy bonito" durante estos 12 años de pontificado.
Un Papa cercano
El Padre Ángel compartió en El programa de Ana Rosa su estrecha relación con el Papa Francisco, una conexión que nació hace años en Buenos Aires, cuando Jorge Mario Bergoglio aún no era pontífice, sino cardenal y arzobispo. Se conocieron gracias a los proyectos sociales que la organización del Padre Ángel llevaba a cabo en Argentina, especialmente en los tiempos difíciles marcados por la pobreza. Allí abrieron una residencia para sacerdotes mayores, y fue precisamente en ese lugar donde Bergoglio había planeado retirarse al cumplir los 75 años. “Se iba con lo puesto al cónclave, sin imaginar que volvería como Papa”, recordó con afecto. Cuando Francisco enfermó, el Padre Ángel acudió al hospital y, aunque no pudo verle directamente, rezó por él junto a la estatua de Juan Pablo II, convencido de su fortaleza. También compartió una anécdota reciente, cuando lo visitó en noviembre: “Me saludó con humor, como siempre: ‘¿Pero Ángel, estás vivo todavía?’”, rememoró entre sonrisas. Ese humor, esa humanidad, es lo que más admiraba de él. “Era un pastor con ganas de vivir, de seguir siendo Papa”. Su figura, para él, es la de un líder humilde, cercano, profundamente comprometido con los que más sufren.
Un legado muy bonito, pero incompleto
Al hablar del legado que deja el Papa Francisco, el Padre Ángel no dudó en compararlo con Jesús de Nazaret. Para él, Francisco fue mucho más que un pontífice: fue un defensor de los pobres, de los excluidos, de los creyentes y también de los que no creen. “Nos deja el legado más bonito que se puede dejar: una Iglesia abierta, humana, que habla claro”, afirmó con convicción. Destacó su valentía al enfrentarse a los problemas internos de la Iglesia, a los abusos, y su sensibilidad hacia los más vulnerables. Recordó también su deseo de dar más protagonismo a las mujeres dentro de la Iglesia, algo que quedó pendiente: “Creía mucho en ellas; decía que si hubiera más mujeres, a la Iglesia no le habría ido tan mal”. Compartió una historia que ilustra esa humanidad única: un niño preguntó al Papa si su padre comunista, ya fallecido, estaría en el cielo. “Si te dio la vida y te cuidó, seguro que tiene un lugar allí”, le respondió Francisco. También recordó cuando una niña le preguntó por qué Dios permite que sufran los niños, y él, sin rodeos, le dijo: “No hay respuesta. La única respuesta son tus lágrimas”. Así era Francisco: humano, sincero, cercano hasta el final.