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Alberto Baillères: «No voy a cambiar el tipo de Zalduendo por lidiar en plazas de primera»

En una entrevista en exclusiva a Mundotoro el empresario mexicano describe su faceta de ganadero y las ilusiones que ésta le despierta tras su reciente éxito en San Isidro

Alberto Baillères junto a su hijo Juan Pablo
Alberto Baillères junto a su hijo Juan Pablolarazon

Tras el triunfo de Ferrera con su corrida de toros, –la primera integramente de Zalduendo en Las Ventas– concedía una entrevista en exclusiva al Director de Mundotoro Carlos Ruiz Villasuso. El ganadero y empresario mexicano de éxito Alberto Baillères se mostró eufórico por el gran resultado que dieron sus toros, sin dejar de rendirse al torero extremeño: «Lo de Antonio es algo difícil de expresar, creo que ha sido su mejor faena. Desde el sorteo tuve un presentimiento». Incluso reconoce que la corrida superó sus expectativas: «Solo pedía que el resultado fuera digno, que no rechazaran ningún toro y que se comportaran razonablemente bien. Que se cortase una oreja ya lo concibía como un regalo. De hecho, me costó mucho tomar la decisión de venir a Madrid. Era una apuesta con mucho que perder. Pero pudo más la ilusión que la razón». Pero este ganadero por afición conoce perfectamente el sacrificio que hay detrás de este éxito y de tantas otras tardes en las que no salen igual de bien las cosas: «Ser ganadero es estar en el lado más débil del toreo. Los resultados de las decisiones que tomas hoy los conoces 5 ó 6 años después».

Precisamente hace un lustro que Baillères adquirió el hierro de Zalduendo de manos del recientemente fallecido Fernando Domecq: «Había oído el rumor de que estaba en venta pero no me lo creía. Un día que yo estaba en Madrid le llamé. Dos horas después estaba cerrado el acuerdo». Todo un privilegio para él: «Siempre consideré a Zalduendo como una de las mejores ganaderías de España, por eso no voy a cambiar su morfología para poder lidiar en plazas de primera. Algunos encastes han perdido su esencia por cumplir con esta exigencia». Por lo tanto, el hecho de que este año sí hayan pasado las exigencias de Madrid lo justifica simplemente en un cambio de alimentación y desarrollo de los toros.