San Sebastián
Bildu preside en Azpeitia días antes de dejar sin toros a San Sebastián
Oreja para David Mora con un bravo «Pedraza de Yeltes» en el cierre de una feria modélica
a sucedió el martes en la primera de feria y ayer, en el cierre de la misma, se repitió la imagen. Si en el arranque de los «San Ignacios» era la concejala de Cultura la presidenta del festejo, ayer le tocó el turno al también edil Iñaki Portilla. Ambos con el mismo denominador común. Su pertenencia a Bildu, la formación que impidió una nueva salida a concurso del pliego de condiciones para la adjudicación de Illumbe y que, por tanto, asfixió las opciones de que el moderno coso donostiarra acoja este año su tradicional Semana Grande, que debería haber comenzado en escasos días. Ante este vacío taurino en la capital, la preciosa plaza de Azpeitia, que ayer vivió su último capítulo de este 2013 con el triunfo de David Mora, se ha convertido en el bastión taurino en Guipúzcoa. Una feria modélica con acentuada apuesta por el torismo y pingües «llenos» en los tendidos casi todos los días.
Enclavada en un marco incomparable por su situación geográfica, Azpeitia, en pleno corazón del País Vasco y feudo gobernado por la abertzale Bildu, reclama cada vez más voz en el calendario taurino su Fiesta íntegra. Con el colorido apoyo de las peñas que no dudan en volcarse en las faenas como ayer sucedió con David Mora o, pese al borrón con los aceros, con Iván Fandiño, casi paisano de Orduña.
El diestro de Borox supo entender la buena condición de un excelente toro de Pedraza de Yeltes, que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre con un público entregado. Animal muy completo en todos los tercios al que Mora, arrollado sin consecuencias cuando toreaba a la verónica, supo templar su humillación y clase para cuajar un trasteo vibrante en el que sólo la espada, algo caída, privó de los dos trofeos.
Alguno más pudo sumar Iván Fandiño. El diestro vasco construyó una faena de peso, muy importante, al quinto, otro de los toros de nota de un encierro muy a tener en cuenta de la ganadería charra. Fandiño puso mando y poderío en su muleta para tragar las exigentes embestidas del burel, en ocasiones, con excesiva casta. Otra faena de dos orejas, que se quedó en ovación con saludos al atragantarse repetidamente con los aceros. Completó la terna El Cid, que mostró solvencia y oficio en dos labores con altibajos. Mejor en el cuarto, que tuvo más movilidad.
Al terminar el festejo, las peñas y aficionados se agolparon en los alrededores del coso, centro neurálgico de una Feria de San Ignacio que respira Tauromaquia antes, durante y después de la corrida. Y es que la fortaleza de Bildu, cuyos concejales incluso entregan premios en el mismo ruedo como el pasado miércoles a la ganadería más brava de 2012 –Palha–, por fortuna, también es territorio cien por cien taurino.
En la plaza de toros de Azpeitia (Guipúzcoa). Última de la Feria de San Ignacio. Toros de Pedraza de Yeltes, bien presentados y encastados. El bravo 3º, premiado con la vuelta al ruedo. el cid, silencio y saludos tras aviso; iván fandiño, saludos tras aviso y saludos tras dos avisos; y david mora, oreja y saludos. Casi lleno.
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