Fallece el torero y banderillero Curro Puya

Sevilla llora desde esta mañana la pérdida del veterano torero y banderillero Francisco Moreno Vega «Curro Puya». Con 79 años, un cáncer fuminante lo había corneado de muerte desde hace semanas. Torero de dinastía, fue sobrino de Gitanillo de Triana, diestro de la Edad de Plata del toreo y mortalmente herido por un astado en Madrid en 1931. Precisamente, otra cornada en Las Ventas, que le partió la femoral, acabó con la carrera de Curro Puya, novillero puntero hasta ese momento.

Puya había debutado con éxito tanto en Sevilla como en Madrid y se encontraba a las puertas de la alternativa. Sin embargo, la gravedad de las heridas que ocasionó aquel pitón en el sevillano provocaron un replanteamiento en su carrera y optó por ceñirse el vestido de plata.

Con capote y banderillas como argumentos, Curro Puya alcanzó su mayor reconocimiento y ocupó un lugar destacado en las cuadrillas de máximas figuras del toreo como Miguel Báez «Litri», Antonio Ordóñez y Curro Romero. Amén de pertenecer a lo largo de su carrera también a las filas de Manolo Cortés, José Antonio Campuzano o Pepe Luis Vargas. Años más tarde, cortada ya la coleta, se convirtió en la persona de confianza de Marcos Sánchez Mejías durante sus primeros años como profesional.

De ahí, con el poso que dan decenas de años ligados al planeta taurino, Curro Puya se convirtió en profesor de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla desde su fundación hasta el momento en el que le sobrevino la trágica enfermedad. Por ahí, había llegado su última aparición pública, el pasado 25 de mayo, durante una clase práctica de toreo de salón, que impartió en las calles de Triana junto a Francisco Rivera Ordóñez y otros diestros naturales de dicha localidad andaluza. Un evento impulsado dentro de los actos por el centenario de la alternativa de Juan Belmonte.

Sus restos mortales serán velados durante todo el día en el tanatorio de la SE-30 de la capital sevillana. Mañana martes tendrá lugar el entierro por su alma a partir de las 12:45 horas en el propio tanatorio con una misa en el propio centro.