Historia

Sevilla

José Garrido: «Hasta ahora no he hecho nada de lo que quiero conseguir como torero»

A vueltas con la alternativa, repasa una temporada soñada con la guinda de sus seis orejas en Bilbao

José Garrido posa a las puertas de la plaza de toros de Leganés
José Garrido posa a las puertas de la plaza de toros de Leganéslarazon

Con la voz firme y serena de quien ha salido esta temporada por las Puertas Grandes de Valencia, Sevilla, Olivenza y Bilbao, el extremeño José Garrido afronta el final de su etapa como novillero en lo más alto del escalafón. Ha pasado tan sólo un año desde que debutara con picadores en Olivenza y tanto críticos como aficionados taurinos le ven más que preparado para convertirse en matador de toros. En esa idea está; en tomar la alternativa, el paso definitivo para cumplir su sueño: «Ganarme la vida con el toro y que mi nombre se recuerde». En el camino le acompañan Raúl Gracia «El Tato», Antonio Ferrera y Luis García «Niño de Leganés». Tres hombres curtidos durante muchos años en este mundo tan difícil donde, como bien dijo Manuel García Cuesta «El Espartero»: «Más cornadas da el hambre», pero luego el toro no perdona una.

–El pasado 22 de agosto salió por la Puerta Grande de Bilbao, en su presentación en esta plaza, después de cortar seis orejas. Desde entonces, ha toreado casi todos los días sin apenas descanso. ¿Ha tenido tiempo para reflexionar sobre lo ocurrido en una tarde tan mágica?

–He toreado tres días seguidos después de lo de Bilbao y luego varias novilladas más. Quizás me ha servido para olvidarme de un triunfo que quedará para mí para los restos de la Historia. Cada vez que cierro los ojos me acuerdo de esa mañana y de lo que se vivió en ella. Aún no lo he asimilado.

–Su actuación ha hecho historia. ¿Cómo vivió esa mañana?

–Muy intensa. Fue uno de los momentos más bonitos hasta ahora, tanto torero como persona. Incluso a la hora de ver el mundo del toro.

–La Federación Taurina de Vizcaya le concedió una mención especial por su estocada al segundo de la tarde en Bilbao. ¿Entrena mucho la suerte suprema?

–Yo intento ser perfeccionista. Aunque esa mañana no estuve especialmente acertado con la espada, todo lo que pude hacer lo hice y, cuando llegué al hotel, lo hice con la sensación de que por mí no quedó nada.

–Del mismo modo, los novillos de El Parralejo también fueron premiados por la Junta Administrativa de la Plaza de Toros de Bilbao. De hecho, el mayoral de la ganadería onubense, Pepe Moya, le acompañó en su salida a hombros. Quizá en manos de otro torero no habrían brillado tanto.

–Hombre, yo creo que la novillada de El Parralejo fue extraordinaria. Hubo dos novillos de bandera que en manos de cualquier torero también hubiesen lucido.

–¿Es usted uno de los toreros que ve días después los vídeos de sus actuaciones para encontrar defectos o destacar virtudes?

–Algunos sí los veo pero, por ejemplo, la corrida de Bilbao aún no la he visto y no sé si la terminaré viendo.

–¿Y lee las crónicas que aparecen en los medios de comunicación generalistas o especializados?

– Sí. Sobre todo, las que son productivas y están escritas bien, por gente que sea profesional y que refleje lo que ve sinceramente, sin dejarse influir por nada ni nadie. Todo, la crítica incluida, me ayuda a mejorar.

–Ha logrado salir por la Puerta Grande en Bilbao, Valencia, Olivenza y Sevilla, a las que hay que sumar una notable actuación en su estreno en Madrid, donde también tocó pelo. Nunca olvidará la temporada de 2014.

–Está claro que es mi temporada más importante hasta ahora y ojalá la supere algún día. Espero que como matador de toros lo consiga.

–¿Cerrará 2014 con el colofón de la alternativa?

–No se sabe la fecha exacta. Los planes están en tomarla a finales de esta temporada o el comienzo de la siguiente. Si lo supiera, lo diría, pero está por ver.

–Podría ser en la Feria del Pilar de Zaragoza, sus carteles se presentan el viernes y, además, su apoderado es maño.

–Podría ser. En esos temas ya está pendiente mi apoderado (Raúl Gracia «El Tato»), intentando cuadrarlo para que quede de la mejor forma posible.

–¿Cómo asimila con 20 años esta explosión de triunfos, elogios, entrevistas, presencia en los medios de comunicación...?

–De la mejor forma posible. Tampoco hay que sacar los pies del tiesto, pero uno se siente afortunado de todo lo que le está pasando. Yo mismo soy el que me planteo mis metas. Hasta ahora no he hecho nada de lo que quiero conseguir, así que de momento seguiré por este camino y con los pies en la tierra.

–Hablaba de sus metas. ¿Cuáles son?

–Ser feliz, intentar ganarme la vida delante del toro y que mi nombre se recuerde.

–¿Qué papel están teniendo Raúl Gracia «El Tato» y Antonio Ferrera en su carrera?

–El de un apoderado: intentar que el torero esté bien en todo momento, vaya a los sitios lo mejor colocado posible... Esa cercana labor de un apoderado.

–En cuanto a sus influencias artísticas, ¿le gusta ver vídeos de toreros antiguos?

–Sí. Sobre todo de diestros de otras épocas cuando el toreo se vivía de otra manera, para ver cómo ha evolucionado hasta ahora y ver las bases y formas que se tenían los toreros antiguamente. Admiro mucho, por los vídeos que he visto, la personalidad de Luis Miguel Dominguín por cómo era, cómo trataba a la gente, cómo se movía en el mundo, las relaciones que tenía... Después, en la plaza, creo que el maestro –Paco– Ojeda marcó una época en la década de los 80. Tuvo una clase y una Tauromaquia que sigue todavía siendo muy actual. También la torería de José María Manzanares padre.