Feria de Málaga
Joselito Adame: "Me vi cogido en el 80 por ciento de los muletazos, pero había que apretar"
El torero mexicano sabrá este lunes si es operado o no de la fractura del peroné izquierdo sufrida en la Feria de Otoño
«Mañana saldremos de dudas, tengo el billete para México el 13 de octubre y al mediodía ya sabremos seguro si tengo que cambiarlo y operarme aquí la pierna o si optamos por un tratamiento más conservador para la recuperación». Postrado en la cama, desde una habitación de planta de la Clínica La Fraternidad, Joselito Adame repasa su actuación de ayer en la Feria de Otoño. Sólo una faena, pero argumentos de sobra, fractura de peroné incluida, para reivindicar un crédito ganado a golpe de oreja en la Feria del Arte y la Cultura. El azteca volvió a dar la cara.
«Salí convencido de volver a situar el listón donde lo dejé en junio, era muy consciente de que debía marcar ese nivel desde el minuto uno, por eso decidí irme a portagayola en el saludo, en Madrid hay que apretar sin reservas nada más abrirte de capote», explica sobre la mentalidad con la que encaró la lidia del colorado de La Ventana de El Puerto.
Un toro «gordo, muy alto, largo, pero que tuvo una virtud buena para Madrid: movilidad». «Sin clase, pero se desplazó mucho y eso le daba cierta emoción, de hecho, para mi recuerdo, quedará como un trasteo cargado de emotividad, de épica..., porque hubo mucho que tragar antes de la voltereta». En este sentido, el mexicano confía en que «la gente no se quede sólo con esa paliza» y supiera ver «los sinceros arrestos que tuve antes con el toro».
Adame, que tiene la fractura del peroné a unos cuatro o cinco centímetros del tobillo -también maltrecho-, supo jugar sus cartas, consciente de que «lo mucho o lo poco que llegara tenía que surgir luciendo la transmisión de esas arrancadas, aunque fueran muy exigentes». «Tenía muy claro que debía quedarme muy quieto, apretar los riñones y pisar esos terrenos que gustan en Las Ventas, aunque me pudiera echar mano, porque cada embestida era una moneda al aire, una papeleta en la que me veía cogido en el 80 por ciento de los muletazos», recuerda como si aún viviera con esa intranquilidad metida en el cuerpo.
No en vano, el hidrocálido califica de «segundos eternos» los instantes que permaneció, primero, «colgado de la chaquetilla por el pitón» y, después, entre las pezuñas del animal. «Son gajes del oficio, en Madrid, es lo mínimo que puedes esperar si vas de verdad... Asumes que puede llegar, me cogió con mucha saña y la violencia del golpe fue tremenda, me dejó muy aturdido los minutos siguientes, eso sí, sabía desde que me echó mano de que algo llevaba roto, puesto que noté como se desprendía el tobillo de la pierna y me colgaba», relata con frialdad.
Ya en la enfermería, tras ser revisado por el doctor Máximo García Padrós y estabilizado de la ligera conmoción cerebral, Adame intentó volver al ruedo para lidiar al segundo de su lote. Misión imposible. «Estaba más entero y menos mareado, al notar esa lucidez me apresuré a pedir que aguantaran para matar mi otro toro, pero la realidad estaba ahí, para entonces, ya no podía siquiera ni apoyar el pie», analiza el azteca.
«Me molesta mucho y estoy dolorido de todo el cuerpo, la paliza fue muy fuerte y hubo violencia en los golpes, pero igual de aflicción o más tengo por no poder ir a Valencia la semana que viene, porque era mi presentación allí, una plaza de primera más que pisar, y un buen sitio para poner la rúbrica a esta campaña, la mejor de mi carrera a este lado del Atlántico», lamentó contrariado, aunque seguro de que «las cosas pasan por algo y el futuro deparará algo mejor».
Parte de ese futuro a medio plazo pasa por la temporada americana. Como en los últimos años, Joselito Adame realizará una larga campaña por todo su país, razón de más para que «lo principal» sea tomar la lesión «con calma, para que la recuperación vaya lo mejor posible».
«En la primera docena de carteles de la Temporada Grande, aparezco anunciado dos tardes, así que en Insurgentes estarán depositados mis esfuerzos», apuntó el de Aguascalientes, que tiene muy claro que la notable temporada realizada en España «se traducirá en mayor exigencia y responsabilidad» en su país. Un reto que está «deseando encarar».
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