Ferias taurinas
Pasando la tarde
Toñete y Gardel pasean un trofeo cada uno en la primera de Valdemorillo
Valdemorillo (Madrid). Primera de feria. Se lidiaron novillos de Montealto. El 1º, va y viene sin entrega, el 2º, brusco e informal, el 3º, muy parado, el 4º, noble y de lenta arrancada, el 5º, manejable, con los bríos justos y buena condición y el 6º, parado, deslucido y complicado. Dos tercios de entrada.
Antonio Catalán «Toñete», de azul noche y oro, casi entera (saludos); pinchazo, estocada (oreja).
Alejandro Gardel, de azul marino y oro, pinchazo, estocada, once descabellos (silencio); estocada (oreja).
Ángel Téllez, de blanco y oro, estocada tendida (silencio); estocada defectuosa, estocada tendida, descabello (silencio).
El banderillero Agustín Serrano resultó volteado bruscamente por el primer toro de la tarde, padeciendo «traumatismo craneoencefálico y torácico con leve pérdida de orientación».
Fueron cuestión de minutos. Los de la tranquilidad. Dimos paso justo después a la intranquilidad que suscita ver a Agustín Serrano inerte sobre la arena. Recién comenzaba todo. Recién banderilleaba al primero de la tarde... Recién estrenada la temporada, de muchas, hizo por él el novillo de Montealto y encontró presa. Vestido de turquesa y azabache se lo llevaron a la enfermería. No se iba el susto, porque si algo nos han dejado Fandiño y Barrio es que los sustos ya no se van, se quedan en la piel en busca de respuestas. Antonio Catalán “Toñete” abrió plaza con un novillo que iba y venía, sin más, simplón, desentendido y protestando a mitad de un viaje que rara vez acababa en alguna parte. El mismo animal que se hizo con Serrano. Supimos después que quedaba la cosa en un traumatismo craneoencefálico, y respiramos todos. Toñete compuso dispuesto y lo dio muerte con prontitud.
El cuarto, jabonero cuarto, tuvo nobleza y temple. Embestía despacio, sin prisas y ahí encontró Toñete el tiempo/espacio para torearle a gusto en algunos momentos. Tras la espada vino el premio.
Gardel, hoy durante la faena de muleta.
Más movilidad tuvo el segundo, brusco e informal en la muleta de Alejandro Gardel. Voluntad sacó con el de Montealto hasta llegar a la hora del descabello, con el que se demoró más de lo debido. Con una estocada alivió la suerte en el quinto. Esta vez sí, y paseó un trofeo que era el segundo de la tarde. Manejable el toro, con buen son y las revoluciones justas, el de Montealto le dejó estar en una faena limpia y entonada.
No quiso el tercero, rácano para moverse, y se alargó más de la cuenta Ángel Téllez en busca de la oportunidad que no era. Y el sexto, parado y a la defensiva después tampoco le dio opción. Se truncaba la oportunidad y forzaba la máquina. No había lugar. Nos rondó el miedo ya al final. Ni buenos comienzos ni finales en una tibia apertura de Valdemorillo. Pasamos la tarde, pasando la tarde.
✕
Accede a tu cuenta para comentar