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Román: «De Fandiño y Víctor Barrio me acuerdo cada día, no hace falta ninguna cornada»

El torero valenciano ha atendido a los medios esta mañana en el Hospital San Francisco de Asís, donde permanece ingresado desde que el pasado domingo sufriera en Las Ventas una gravísima cornada que le seccionaba la femoral.

El torero Román Collado
El torero Román Colladolarazon

El torero valenciano ha atendido a los medios esta mañana en el Hospital San Francisco de Asís, donde permanece ingresado desde que el pasado domingo sufriera en Las Ventas una gravísima cornada que le seccionaba la femoral.

Casi la misma expectación que genera en las plazas ha despertado hoy Román, en una sala de prensa del Hospital San Francisco de Asís abarrotada de medios interesados por su estado de salud. El torero valenciano sufría una gravísima cornada en Las Ventas que le seccionó la femoral y causó numerosos destrozos musculares. Román ha entrado en silla de ruedas, con su misma sonrisa de siempre y acompañado por los Doctores García Padrós y Gandarias que le intervinieron el mismo día de la cogida. Gandarias, cirujano vascular del Hospital San Francisco de Asís, ha explicado la operación con bypass que le practicó de urgencia al torero y ha querido aclarar que “en la enfermería de la plaza se hizo lo que se debe hacer, estabilizar al torero y frenar la hemorragia”, desmintiendo así los rumores que en las redes sociales cuestionaban la actuación de Padrós, Cirujano Jefe de la Enfermería de Las Ventas. Ambos galenos han confirmado que el torero será dado de alta en los próximos días.

Román ha empezado su intervención agradeciendo el trato recibido por los doctores a los que asegura deberles la vida, reconociendo que llegó a temer por perderla: «Desde el primer momento supe que la cornada era muy importante y en seguida pedí a uno de mis banderilleros, todavía en shock por el percance, que me llevasen a la enfermería. Allí le pregunté a Padrós si me iba a morir, pero él solo me insistía en que no me durmiese. Justo después recuerdo quedarme dormido durante unos segundos» (se ríe). También, como ha afirmado en alguna entrevista, reconoce que se acordó de Iván Fandiño ya que murió hace dos años en una corrida de Baltasar Ibán, ganadería que le había enviado a él al hule. Pero ha matizado que «tanto de él como de Víctor Barrio me acuerdo cada día, no hace falta que me lo recuerde ninguna cornada».

El joven diestro recibió hace dos días la visita del torero Emilio de Justo, a quien sustituía aquella tarde después de hacerlo en Nimes (Francia) por una lesión de clavícula del extremeño. Román bromea: «Le eché la culpa (se ríe). No, nos deseamos una pronta recuperación y comentamos la corrida». A pesar del grave percance Román ha firmado su mejor Feria de San Isidro, mostrando la dimensión actual de su toreo en hasta tres tardes, cortando dos orejas y dando una vuelta al ruedo. De hecho, uno de su trofeos lo consiguió en la corrida de Adolfo Martín, “la tarde de Roca” en la que acabó él erigiéndose como triunfador. Por todo esto Román no se arrepiente de haber aceptado esa sustitución: «Es cierto, que mi San Isidro ya había pasado y estaba bastante satisfecho con él, pero en la corrida de Baltasar vi la oportunidad de abrir la Puerta Grande». A pesar de que ahora Román asegura estar centrado en su recuperación, el torero ha garantizado volver a los ruedos tan pronto como sea posible.

Aunque la de Román ha sido la cornada más grave de la Feria, no ha sido precisamente la única de este tan accidentado San Isidro, como ha querido recordar Máximo García Padrós: «Hasta la fecha ha sido un ciclo muy traumático, no solo por las cogidas que han trascendido sino por todas las demás visitas que hemos recibido en La Fraternidad, por contusiones o lesiones que se han manifestado días después. Así ha querido acordarse de los otros dos toreros que siguen ingresados, el matador Sebastián Ritter y el banderillero Víctor Hugo Saugar «Pirri», que evolucionan favorablemente.