Toros
Toros, en el corazón de Estados Unidos
Texas celebra festejos durante la temporada de invierno en la plaza de La Gloria
A ocho mil kilómetros de distancia. Otro idioma. Otra latitud. Más allá de la infinidad de diferencias late la tauromaquia en el corazón de Estados Unidos. Allá por Texas. O al menos algo de ella. Lejos está de ser la primera vez. En lo que va de año se han celebrado tres festejos; 18 en total; el pasado 12 de febrero fue el último. Va calando la historia. Todo viene de la mano de un padre y un hijo. Fred y David, para más señas, Fred Renk es el encargado de que esto ocurra en la plaza que él ha creado con el nombre de La Gloria. Bien elegido. En uno de ellos, en el que se celebró el pasado 22 de enero, la plaza rondó el lleno, cerca de 1.000 personas acudieron para ver el evento. Hasta allí viajó André Lagravere, apodado «El Galo», con sus 17 añitos a cuestas, la afición impoluta y una estela de incertidumbre sobre el evento: «Cuando me llamaron para participar tenía muchas dudas, porque pensaba que no iba a ser algo serio, pero ha sido una experiencia estupenda. Fred Renk y su hijo David hicieron una plaza en una especie de cortijo y llevan muchos años dando toros allí. A la gente le gusta ir y ya casi lo toman como una tradición. Se hace una especie de temporada de invierno con varios festejos», relata para LA RAZÓN André recién llegado a México después de tres semanas de periplo y de actuar en dos ocasiones en Texas.
Lo hizo en dos mano a mano (cuatro novillos para dos chavales) y los toros elegidos fueron de ganaderías locales. Adaptación absoluta. «No fueron erales, como allí no hay guarismo se lidian toros grandes, casi de cuatro años. No es fácil, porque como son espectáculos no cruentos, no se pican ni nada y enfrentarte a esos toros es complicado, un reto pero la experiencia ha sido estupenda. La cosa va en serio y así se lo toma la gente. Hubo un cambio importante en la sensibilidad de la gente, porque uno de los novillos me pegó una voltereta y me dio un puntazo en el glúteo. Me rompió el traje y quedó destrozado y a partir de ese momento fue como si cambiara la percepción del público. Algo muy curioso. Estaban súper atentos y con la sensación de que en el ruedo ocurría algo excepcional, no algo que pudiera hacer cualquier. Tuvieron mucha sensibilidad. Me llamó la atención», prosigue Lagravere.
Cuatro novillos de Pico dos Padres, de procedencia local, lidiados por André Lagravere, “El Galo” y con José Sainz que lograron la diversión del público local y el triunfo total. «Tuvo repercusión en la Prensa y publicaron información sobre el festejo, por ejemplo en Winter Texas Times destacaban la emoción con la que la gente habían vivido la experiencia. Y esa fue la sensación con la que nos quedamos nosotros también».
Ell 12 de febrero se celebró un festejo más dentro de la temporada de invierno en la plaza de La Gloria de Texas. Se valora ampliar el número de espectáculos: «Yo estaría encantado de volver. He sentido más respeto que en muchos sitios donde tenemos tradición por el toro. Es bueno ir dejando granitos de arena y me gustó ver cómo fueron las familias, los abuelos con los nietos y cómo intentaban torear después del festejo. Sin complejos. Ha sido una experiencia sorprendente», concluyó El Galo, que tiene previsto viajar a España esta temporada para hacer campaña.
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