España
Un corridón de toros, y con trampa
José María Lázaro demuestra con un documento notarial cómo le liquidaron dos semanas antes del festejo de hace un año en Cenicientos y «no recibí ni un euro por torear»
Hay pueblos, lugares del mapa taurino, que sólo con nombrarlos provocan taquicardias, puro miedo. Temor. Susto. Lugares que forman parte ya de la mitología taurina privada para los muy valientes. Aquellos que se fraguaron los veranos al sol en el temido valle del Tiétar, del que pocos logran salir sin que las heridas de guerra hagan mella. Cenicientos es uno de esos lugares, donde el toro es muy serio y cada tarde allí suponga una exigente prueba para manos a veces poco experimentadas. Cenicientos pone a bombear el corazón de todos los valientes de esta piel de toro. Una empinada escalada en la temporada. Eso y mucho más es Cenicientos. Lo saben todos los que se visten de torero o aspiran a hacerlo alguna vez.
También lo sabía José María Lázaro, que se vio allí el pasado 15 de agosto. Tradicional día de toros en España. Pero no fue una tarde más. Fue un corridón de toros con trampa. «Cuando hablé con Raúl Montero para la contratación me habló de unos honorarios de 1000 euros. Me pareció una locura que se estuviera ofreciendo eso por torear una corrida, y obviamente así es imposible pagar a la cuadrilla. Y me puse en contacto con la Unión de Toreros. Me animaron a que toreara y lo denunciara. Y así hice. Dos semanas antes de mi compromiso el empresario me hizo firmar un papel con la liquidación. Fuimos a un notario, asesorados por la Unión, y así tenemos la constancia legal de que se hizo antes de tiempo y de manera ficticia. El día de la corrida yo no percibí ni un euro. No me pagaron nada por torear, aunque el empresario quiso zanjar el tema haciéndome firmar una liquidación irreal 15 días antes», comenta José María Lázaro.
«Esta práctica está a la orden del día, pero lo difícil es encontrar a un valiente que denuncie el hecho. Creo que gran parte de los toreros son víctimas y otros cómplices. No se puede criminalizar al trabajador pero sí es verdad que se cae en una competencia desleal y en muchos casos buscada», dice Íñigo Fraile, abogado de la Unión de toreros.
También denunciaron Sánchez Vara y Guerrita Chico al empresario de Cenicientos. Este último retiró la denuncia recientemente después de haber llegado a un acuerdo con la empresa (de hecho vuelve a estar anunciado en la feria de este año).
LA RAZÓN se puso en contacto con Raúl Montero, representante de la empresa gestora de Cenicientos, Mundo Taurino y Espectáculos, quien negó el impago y afirmó: «Será el juez el que diga quién tiene razón, pero yo tengo mi liquidación de honorarios en regla y firmada por José María Lázaro. Si no le he pagado, ¿para qué la firma? Es imposible que yo le hiciera una liquidación de honorarios dos semanas antes, porque ni sabía que iba a torear. En realidad era Marc Serrano quien iba a actuar y al final entró José María Lázaro. Él puede decir lo que quiera. Lo de Sánchez Vara es un problema personal, yo pago los honorarios mínimos a todo el mundo. Como tengo la hoja de liquidación firmada, que el juez decida».
La liquidación de honorarios firmada por ambas partes se ha convertido en documento notarial fechado el 1 de agosto (su contrato fue el día 15) y esclarecedor del tema. «Llevo 18 años en la Unión de Toreros y nunca he visto tanto expedientes por impago como en los últimos cuatro. Ha sido una caída en picado», dice Fraile. Y eso que el fraude es una realidad, lo difícil es denunciarlo: «Al final me encuentro muy solo. He recibido llamadas para amenazarme y muchos compañeros me dicen que para qué me meto en estos líos, que es mejor pasar. Yo si tengo que pagar por torear, mejor me quito. Me quedo en mi casa», concluye Lázaro.
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