Valientes en el ruedo

Último festejo de feria. Media plaza. Toros de Victorino Martín, negros entrepelados los tres primeros, cárdeno el cuarto, castaño bragado el quinto y cárdeno bragado el sexto, bien presentados y con gran riqueza de matices en los tres tercios.

Con el primero Curro Díaz compuso la figura con elegancia y sentimiento para hacer el toreo que soñó Bergamín. El temple es la poesía que el linarense caligrafió toreando al natural en el cuarto. Una oreja y una oreja son más el significante que el hondo significado de su toreo.

David Galván estuvo digno y valiente con el segundo. Sometió la difícil embestida del «Victorino» y extrajo tandas sobre ambas manos de mucho mérito. Fue cogido sin consecuencias. Cortó una merecida oreja tras pinchazo y estocada. «La valentía es una de las virtudes fundamentales para caminar por la vida», dijo José Pedro Padros «El Fundi». Y eso es lo que hizo el torero de Algeciras en el ruedo. Con el quinto se mostró firme y con una gran disposición. Pero falló con la espada. Saludos tras aviso.

Román tardó en descubrir el pitón izquierdo de su oponente, pero cuando lo hizo, instrumentó dos tandas de gran nota; con verticalidad, temple y mando. Pero no estuvo acertado con la espada. El valenciano dibujó en el sexto naturales largos, tamplados y con la verdad por delante. Autenticidad y valentía. La presidencia le negó la segunda oreja injustamente.