El chequeo de la cosa
Mundial y convergencia
Antes de la Gran Recesión, la renta media española estaba en el 103% del promedio europeo, a finales de 2022, habíamos retrocedido al 85%
La España oficial bascula entre la palabra tabú de la amnistía y el Mundial de Fútbol. La cosa es que el balón ruede hacia la investidura o hacia la portería. Es cuestión de sumar puntos y goles. En mitad del juego, la realidad económica busca rematar. Los notarios son algo así como los árbitros de los contratos y nos dicen que el mercado inmobiliario se está hundiendo. El ladrillo siempre ha flotado con dificultad cuando se encrespa el mar de los tipos de interés. La clave está en las hipotecas. Nunca las familias han amortizado tantos préstamos hipotecarios como ahora.
Hay otras grietas. El INE lleva meses avisando de las dificultades del engranaje industrial español. La producción industrial bajó en agosto un 3,6% y es el quinto mes consecutivo con datos chirriantes. La producción textil se deshilacha con retrocesos del superiores al 24% en cambio, quizá por los dolores de cabeza que genera la incertidumbre, el sector farmacéutico mejora en la misma cuantía. En el terreno de juego avanza por el lateral la fragmentación económica. Es la última advertencia lanzada por la Organización Mundial del Comercio que deja anémica su previsión de crecimiento mundial, apenas el 0,8%, la mitad para Europa. La recuperación de España depende muy mucho del mercado exterior y todo lo que sean trabas supone gol en propia puerta. Y más cuando la economía española ha ido alejándose de la convergencia con Europa.
Antes de la Gran Recesión, la renta media española estaba en el 103% del promedio europeo, a finales de 2022, habíamos retrocedido al 85% cuando Malta, Chequia, Eslovaquia y varios países bálticos ya nos adelantan en la liga continental.
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