INE

Las residencias, copadas de personas con discapacidad

El 65,1% del total son mujeres y el 34,9%, hombres

Imagen de unos ancianos en una residencia
Imagen de unos ancianos en una residenciaEduardo ParraEuropa Press

Un total de 357.894 personas residentes en centros tenía alguna discapacidad en el año 2023, lo que supuso el 94,7% del total, según la «Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y Situaciones de Dependencia» del INE: 124.774 eran hombres frente a las 233.121 mujeres; en porcentaje, el 65,1% de las personas con discapacidad residentes en centros eran mujeres y el 34,9%, hombres.

En relación con la edad, el 65% del colectivo con discapacidad en centros residenciales tenía 80 o más años, el 20% tenía entre 65 y 79 años y el 15% tenía entre 6 y 64 años.

El 73,8% de las mujeres tenía 80 y más años mientras que este porcentaje era del 48,5% para los hombres. Por su parte, el 25,4% de los hombres tenía menos de 65 años, porcentaje que bajaba al 9,5% para el caso de las mujeres.

Respecto a las discapacidades más frecuentes, la investigación del INE revela que estaban relacionadas con actividades básicas de la vida diaria, es decir, el 88,6% de las personas con discapacidad tenía problemas de cuidado personal, el 86,9% con la vida doméstica y el 86,2% dificultades importantes de movilidad. «En todos los tipos de centro investigados estas discapacidades fueron las más frecuentes, aunque con menor incidencia en las viviendas tuteladas», aclara.

En este sentido, de las 357.894 personas con discapacidad que residían en centros el 8,2% decidía qué y cuándo comer y el 19,7% cuándo asearse. Estas personas encontraban mayor autonomía para decidir cómo y con quién pasar el tiempo libre (59,1%) y cómo decorar su habitación con cosas personales (51,4%).

Además, un 51% de las personas con discapacidad dijo encontrar algún tipo de problema de accesibilidad dentro o fuera del centro. En el interior, donde hallan más dificultad es en el baño (un 20,7%) y en las zonas comunes (19%); y, en el exterior, el 27,9%, para entrar o salir del centro y un 47,9% en medios de transporte, edificios o vías públicas. Estos problemas fueron más acusados en mujeres que en hombres. Por edad, las dificultades fueron mayores en las personas de 80 y más años (un 53,9% las tuvo).

El 94,4% de las personas con discapacidad que residía en centros nunca se sintieron discriminadas por su discapacidad. Las personas con problemas de interacciones y relaciones personales fueron las que más sintieron situaciones de discriminación (7,7%) y las personas con discapacidad de audición, las que menos (4%).

El 67,6% de las personas con discapacidad que residían en centros recibía visitas o mantenía reuniones con familiares o amigos al menos una vez por semana y el 49,2% mantenía contacto por teléfono, redes sociales o correo, al menos una vez por semana.

Por su parte, el 3,7% no se reunía con familiares y el 33,9% no utilizaba medios de comunicación. El 28,4% de las personas de 80 y más años recibían visitas casi todos los días, frente al 10,3% de las menores de 65. El 74,2% de las personas con discapacidad consideraba adecuado el contacto con familiares, amigos o conocidos, el 19,4% insuficiente y el 1,7% no tenía contacto.

Inserción más fácíl

La Fundación ONCE y la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (Fedepe) firmaron ayer un acuerdo para promover el desarrollo profesional y la visibilidad de las mujeres con discapacidad, así como para proseguir con su trabajo por la inserción de las mujeres con discapacidad en la empresa, para revalidar así el marco de cooperación que mantienen desde 2013.

El objetivo es desarrollar iniciativas que conllevan una mayor presencia de las mujeres con discapacidad en las empresas para poder avanzar en la «lucha contra la doble discriminación que sufren y conseguir que las jóvenes con discapacidad tengan también referencias y modelos a los que seguir. Las organizaciones destacan que quieren que «todas las mujeres con discapacidad desarrollen su potencial. Creemos en su promoción profesional, pero somos conscientes de las barreras que enfrentan» con un 66% de ellas en situación de inactividad laboral. Asimismo, indican que «si la brecha salarial en España es de 5.000 euros, la diferencia que sufren las mujeres con discapacidad alcanza los 8.000».

También ayer, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) se han unido con el objetivo de «cerrar la brecha digital en personas consumidoras con discapacidad».